«El caso de Rafael Lacava, gobernador de Carabobo es el perfecto espejo donde mirarse. El funcionario cumplió con sus dos dosis de vacunación y tras ellas ha contraído el COVID-19 en cuatro ocasiones, todo lo cual, refrenda lo que los científicos, infectólogos, biólogos y epidemiólogos han alertado hasta el cansancio: EL HECHO DE VACUNARSE NO IMPIDE EL CONTAGIO DEL COVID-19. Pero, en el planeta no se ha entendido así y a medida que las poblaciones se han ido inmunizando masivamente, se ha incurrido en un relajo descarado, desproporcionado y para nada recomendado por los expertos», así lo ha explicado el doctor Nelson Eddie Ramírez en relación con la preocupación por el incrmento en la cifra de contagios por COVID-19 en personas con sus dos dosis de inmunización.
Los expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) la Academia Nacional de Medicina, la Sociedad Médica Internacional y similares han explicado que la inoculación de los virus de contrarresto a través de las dos dosis de vacunas contra el COVID-19 lo que hacen es reforzar el sistema inmunológico humano para que, al contraer el virus, éste no mate a las personas o al menos sus efectos en los seres humanos no sean letales.
No obstante, siempre han advertido que las vacunas no impiden que los vacunados se contagien, lo único que lo impide es la prevención y de eso se ha ido relajando la gente al punto tal de que ya es común los tumultos en estadios, cines, discotecas, restaurantes, actividades políticas, fiestas privadas y, en fin, todo lo cual, con el pasar del tiempo ha incrementado de nuevo los índices que se había logrado controlar de infectados.
Alemania es un caso, el Reino Unido es otro y lo mismo ocurre en Estados Unidos, los procesos de normalización de las actividades no han seguido los protocolos de bioseguridad con rigurosidad y es allí donde las personas, vacunadas o no, pueden contraer el virus.
Un tema de ignorancia e indiferencia
El doctor Nelson Eddie Ramírez, explicó que el tema ha sido malinterpretado, que el uso de las vacunas y sus resultados, así como los efectos de la misma y la capacidad de ésta de “proteger” al sistema inmunológico ha sido tergiversada y mal interpretada.
“Tu inoculas un virus al organismo a través de la vacuna. No inoculas el COVID-19, eso es falso, estás inoculando virus para dos cosas fundamentales; por una parte, para que la persona sea menos propensa a infectarse y por la otra para que, quien se infecte o se contagie, pueda tener suficiente inmunología para contrarrestar al virus y vencerlo, no es una cura contra el COVID-19 y tampoco es una suerte de escudo impenetrable como para que el virus no entre en su organismo, eso no puede entenderse así, la vacuna es un refuerzo inmunológico que lo que va es a evitar que el virus te mate, se expanda por tus órganos, ataque los órganos donde hay debilidad o antecedentes y mueras, pero ni cura ni evita el contagio, eso lo hemos dicho, lo han dicho los expertos y ya es una necedad que a estas alturas eso no esté suficientemente claro”.
A través de las redes, usuarios se muestran alarmados ante el incremento de casos registrados en el país en las últimas horas, el comentario en la comunidad donde se detecta el nuevo caso es: «pero si ya él estaba vacunado con las dos dosis», esto genera la angustia, sobre todo en las personas de la tercera edad y con algunas patologías de cuidado, como la diabetes o la hipertensión.
Los más jóvenes superan fácilmente la enfermedad, pero la población en riesgo, son los de más cuidado y el COVID-19 se refleja en alguna complicación en su organismo que a veces es insalvable.
Al respecto Ramírez recalca que “es aquí cuando, por ignorancia o desinformación, se cuestiona si realmente son eficientes las vacunas administradas a la población para combatir la pandemia, que, desde diciembre de 2019, viene azotando al mundo, cuando los expertos ya han alertado que las vacunas no son para impedir contagiarse, sino para poder tolerar sin mayores consecuencias el adquirir el virus y poder generar defensas suficientes para sacarlo del organismo”.
La ciencia está vigilante
«Sin embargo -sostiene Ramírez- no está demás revisar los grados de efectividad de las vacunas, principalmente cuando el virus ha mutado en diferentes nuevas cepas y muchas de ellas adaptadas a cada circunstancia social, por lo cual, la ciencia debe estar muy pendientes sobre la necesidad de ir valorando las capacidades de la vacuna y en eso andan, pero, la principal responsabilidad no está en la vacuna, sino en la gente misma».
Es importante recordar que las vacunas son parte de un complejo proceso de fórmulas que la ciencia va evaluando y va adaptando conforme van apareciendo reacciones, variaciones y conforme se va observando la eficiencia. Ahora mismo, las vacunas se están estudiando al ser aplicadas a grandes grupos de personas y dentro de esa valoración se está midiendo la capacidad de duración de los niveles de defensas que éstas proporcionan.
“Ahora estamos viendo cómo se comportan las vacunas en grupos grandes de vacunados, y todavía se está evaluando hasta qué punto pueden protegernos y en qué momento empiezan a descender los niveles de anticuerpos”, señala el epidemiólogo Carlos Trillos para un reportaje de la revista Semana.
En una investigación hecha en Israel, un país con un programa de inmunización exitoso, los científicos siguieron a 600.000 vacunados con el producto de Pfizer Biontech,a quienes compararon con un grupo similar no vacunado.
En esta observaron que la eficacia del 95 por ciento se mantenía en el equipo vacunado, como lo demostró el ensayo clínico controlado de fase 3. Aun así, en los resultados, que fueron publicados en la revista New England Journal of Medicine (NEJM), reportaron la muerte de nueve de los participantes que ya habían recibido las dos dosis. Aunque, de acuerdo con el epidemiólogo Jaime Ordóñez, en el grupo de no vacunados murieron muchos más: 32. Por lo tanto, “aunque es posible decir que un vacunado puede morir de covid, lo importante es saber que mueren más los no vacunados”.
No obstante, de acuerdo con Trillos, hay otras circunstancias que pueden hacer que los vacunados tengan covid-19 en maneras leves o graves. Una es que la persona ya hubiera estado infectada al momento de vacunarse y no lo supiera. “Se desarrolla la enfermedad, que puede agravarse sin que esto implique que la vacuna falló. Esto se ve sobre todo con la primera dosis”, dice Trillos.
Por esta razón, las autoridades sanitarias preguntan a quienes se van a vacunar si tienen síntomas o si han estado en riesgo de contagio.
No se puede predecir si el organismo tendrá una respuesta inmune protectora, pero los expertos consideran que los más susceptibles a tener este tipo de fallas son aquellos con enfermedades que provocan baja de sus defensas o que toman medicamentos como inmunosupresores y corticoides. Por ejemplo, los pacientes con diabetes, cáncer o con VIH/sida.
La exposición a altas concentraciones de virus, afirma Trillos, es un factor crítico y facilita que se desarrolle la covid-19, que se puede manifestar con formas leves o graves. Esto dependerá de la carga o cantidad de virus que ingresa al organismo, de la agresividad del mismo –que responde al tipo de variante–, así como de la inmunidad de la persona.
Las vacunas sí sirven, pero los vacunados siguen en riesgo y, por lo tanto, deberían seguir protegiéndose. “Primero porque algunas vacunas tienen una tasa de fallo importante; segundo, porque el virus es muy contagioso, y tercero, porque en Colombia, en este momento, la velocidad de transmisión es muy alta”.
Confiarse por estar vacunados es un grave error
La recomendación sigue siendo la misma, no relajar las medidas de bioseguridad, mantener la distancia, evitar los lugares muy concurridos y observar cada una de las normas de higiene personal, para evitar ser contagiado.
El médico reitera: “Quien no se haya vacunado debe acudir a hacerlo y respetar los lapsos de tiempo para aplicarse sus dos dosis y luego de eso, seguir manteniendo los mismos cuidados que mantenía antes de inmunizarse”.
Y agrega: “Se trata de que las nuevas modalidades de adaptación a la nueva normalidad, deben siempre considerar que los protocolos de bioseguridad y prevención deben seguirse aplicando como cuando no había vacunas, es un problema de consciencia de los seres humanos de aprender a vivir con este virus que va seguir aquí por muchos años más y demanda de la racionalidad, el buen juicio, el criterio de la lógica y el estudio, la formación, el interés de la gente en informarse y actuar en consecuencia”.
NAM
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