Lo que sucede puertas adentro de una compañía de ballet parecería ser mucho peor que lo que en su momento mostró -en la ficción- la película «El cisne negro». En esta oportunidad, el escándalo sacude nada menos que al New York City Ballet con una grave denuncia de una de sus ex bailarinas.
La joven Alexandra Waterbury, de 19 años, hasta hace poco tiempo formaba parte de la compañía y el martes radicó una denuncia contra la institución y contra su ex novio -también bailarín- a los que acusa de promover y apañar una suerte de cofradía en la que existe abuso y maltrato hacia las bailarinas. Además de eso, denunció haber sido víctima de una suerte de «pornovenganza», motorizada por su ex, quien filmó y difundió imágenes suyas.
La joven, que también es modelo y estudiante universitaria, presentó ante la Corte Suprema de Manhattan una denuncia de 40 páginas, en la que no ahorró acusaciones, tanto contra el New York City Ballet como contra su ex novio Chase Finlay, de 28 años, también bailarín de la institución.
Según informó el DailyMail –que accedió a la denuncia- la joven acusó a su ex novio de haber fotografiado y grabado en videos sus encuentros sexuales y de haber compartido esas imágenes con otros bailarines, con empleados, con aportantes del ballet de Nueva York e incluso se las habría enviado a un traficante sexual, todo ello sin consentimiento.
La demanda de la joven se produce a menos de una semana después de que su ex novio renunciara a la compañía y de que dos directores principales, Amar Ramasar y Zachary Catazaro, fueran suspendidos precisamente por acusaciones de comunicaciones inapropiadas por mensaje de texto y correo electrónico.
Clarin