miércoles 1 de mayo de 2024

¡ESA MUJER ES MÍA! Disputa de amor desencadenó muerte del joven enterrado en un platanal

Celos, rebeldía, lucha y envidia, fue lo que desencadenó la muerte del joven Luis Segundo Puerta Ibañez de 19 años, cuyo cuerpo fue encontrado sepultado en un platanal en el municipio Francisco Javier Pulgar al sur del Lago de Maracaibo.

Las investigaciones hechas por el cuerpo detectivesco en la zona, indican que la muerte de Puerta Ibañez se debe a celos, por la disputa de una mujer, que lo abandonó y que vivía con el presunto asesino y por la cual el reclamaba todos los días.

El joven iba a diario a la vivienda de la mujer que cautivaba sus sentidos y quien vivía con Menco Pabuena Arcesio, allí ofendía a su rival a quien le gritaba a todo pulmón «esa mujer es mía» y exigía que se la devolvieran.

Familiares señalaron que el joven tenía 15 días desaparecidos, nadie sabía de su paradero, por lo que ya intrigados y preocupados visitaron a un brujo, que en medio del humo de tabaco y mucho arguardiente, les dijo que el hombre no regresaría, sin dar detalles de a que lugar se habría marchado. Por ello, ya en última instancia alertaron a las autoridades policiales de esta desaparición y de sus sospechas, que todo tenía que ver con la mujer que había robado su corazón, pero que dormía en los brazos de otro hombre.

La búsqueda terminó cuando en un platanal, un fuerte olor a muerte en la zona delató que había un cuerpo que reclamaba cristiana sepultura. Al desenterrar consiguieron el cuerpo de Luis Segundo en avanzado estado de descomposición que según los forenses corresponden a una data de muerte de 10 días.

Celos, malditos celos…

Menco Pabuena Arcesio y un adolescente de 14 años, los dos detenidos por este caso, no dejaban de lanzarse acusaciones que inculpaban el uno al otro. Pabuena culpaba al menor y este regresaba la acusación, hasta que prestaron más atención a lo que el muchacho decía: «Fue él, celoso, porque Luis quería robarle su mujer y antes que eso pasara prefirió matarlo y con su escopeta le disparó y luego lo enterró, para desaparecer las evidencias».

Todo salió a la luz y a nadie se sorprendió que Pabuena matara al molesto hombre, que intentaba robarle el amor de su vida. Ahora deberá pagar por el crimen cometido y con suerte su mujer lo visitará, luego de esta errada muestra de amor.

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NAM/Con información de José Andara Rivas