Todo habría quedado en añicos. Implosión violenta del Titán por presión de profundidad, tal como lo recrearon en el video que muestra cómo hubiese sucedido, revela que aquello habría quedado echo pedazos diseminados por toda el área donde implosionó, lo cual hace pensar que difícilmente pueda encontrarse un cuerpo humano al menos entero. Sin embargo, de existir la posibilidad de que los cadáveres no hubiesen ‘volado en pedacitos’, entonces éstos se conservarían por un lapso de tiempo al fondo del mar. Aquí lo explica un científico.
Los cadáveres se hinchan en el agua dulce, pero, en el océano sucede lo contrario, los líquidos manan de la piel. La salinidad del agua en el Atlántico del Norte es de 35,5 gramos por litro, es el espacio acuático grande más salado del planeta, por tanto, lo único que puede pasar es que los cuerpos perderán todos los líquidos, quedando secos.
Esta explicación científica, la aportó para la cadena Sputnik, el profesor de la Facultad de Geografía de la Universidad Lomonósov de Moscú, Serguéi Mujamétov, al ser consultado sobre la posibilidad que, de existir cadáveres provenientes del sumergible, éstos puedan ser observados.
Sin embargo, el investigador explicó que, por lo complejo del área de búsqueda, por lo profundo que significa una búsqueda en la zona, que, desde luego, no involucra a seres humanos que puedan bajar hasta esa zona del océano y por lo costoso que resultase extender una búsqueda de cadáveres, es bastante improbable que los encuentren, si es que, en medio de la implosión no se desbarataron y se dispersaron sus restos por todo el área.
El docente explicó que todo está enmarcado en el campo de la especulación basado en estudios y en teorías, pero, que, hasta el momento no existe una certeza que explique lo que en realidad ocurrió y añadió que los restos localizados del sumergible pudieran dar las primeras pistas para construir científicamente lo que pudo haber ocurrido bajo el agua.
Pero, de haber cadáveres ahí estarán
“Creo que es real encontrar los restos mortales, los cuerpos se mantendrán en estado de conservación a lo largo de unas semanas”, señaló el profesor de la cátedra de Oceanología, agregando que a la profundidad de 3,8 kilómetros, donde está el Titanic, no hay depredadores grandes como tiburones que puedan destruir los cuerpos.
La Guardia Costera de EEUU, que realizaba la operación de búsqueda y rescate, comunicó anteriormente que el Titan quedó destruido como resultado de una implosión y que sus cinco tripulantes estaban muertos.
La búsqueda no se enfoca en los cuerpos
El investigador reiteró que dada la profundidad en la cual se encuentran los fragmentos del aparato y la complejidad que supone trabajar allí, es poco probable que se puedan recuperar los cuerpos. Más sin embargo, los últimos esfuerzos de búsqueda están centrados en obtener la mayor cantidad de piezas posibles asociadas al Titán, para estudiarlas.
El submarino turístico Titan desapareció el 18 de junio, al bajar a donde se encuentran los restos del Titanic, naufragado en 1912, a una profundidad de 3,8 kilómetros, la comunicación con el batiscafo se perdió pasadas menos de dos horas desde el comienzo de la inmersión.
Muerte instantánea
Según National World, “una implosión podría ocurrir si alguna parte del casco de fibra de carbono y titanio del submarino ha sufrido una pequeña grieta o falla”. La implosión en sí se asemeja a una burbuja creada por el peso del agua.
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La “pérdida catastrófica de la cámara de presión” indicaría que los turistas submarinos perdieron la vida de manera instantánea.
El elemento interés humano es el que más impacta en esta tragedia y todo lo que se ha podido tejer en cuanto a lo que pudieron padecer los cinco ocupantes del batiscafo, desde el mismo instante en el cual pierden el contacto con su barco nordiza.
Sin embargo, los expertos consultados han coincidido en que, de haber implosionado la cámara de presión del sumergible, los cinco ocupantes ni cuenta se dieron de la implosión y en consecuencia, la muerte de los cinco habría sido instantánea, por lo cual, no hubo tiempo para sufrimiento.
Cuando un submarino implosiona bajo el agua, la alta presión del agua comprimiría y colapsaría el cuerpo humano de manera similar al colapso del submarino. Esto generaría una fuerza extrema sobre el cuerpo. No hay forma de sobrevivir y la muerte es instantánea.
Expertos suponen, que, al momento en el cual se pierde la comunicación, es factible que el aparato implosionara y sus pedazos cayeran diseminados al fondo del océano, tal cual localizaron dos piezas atribuidas al sumergible, a unos 400 metros de distancia de la proa del Titanic.
El sumergible perteneciente a la compañía estadounidense OceanGate Expeditions se encontraban su fundador Stockton Rush, el veterano francés del estudio de aguas profundas Paul-Henry Nargeolet, el multimillonario y turista espacial británico Hamish Harding y el empresario pakistaní Shahzada Dawood junto con su hijo, Suleman.
Aún no se han revelado imágenes de las piezas conseguidas al fondo del Atlántico que están siendo estudiadas por el equipo de investigación, pero, se espera que pronto se den a conocer.
NAM/Vía Sputnik/Agencias
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