Una mirada abierta y profunda a la realidad de un país marcado por su historia. Denominada por sus habitantes “Tierra de esperanza”, mientras es protagonista con sus trágicos acontecimientos, marcada además por el desprecio histórico y el ultraje de los imperios y colonias, un pueblo de negros con un negro presente y un futuro aún más ensombrecido. Recorramos Haití.
La situación en Haití empeoró tras un magnicidio, un terremoto de 7,2 y una tormenta tropical cuando atravesaba aun la pandemia por el COVID-19. Hay quienes piensan que Haití es castigado por sus “cultos diabólicos” que se asocian a sus manifestaciones culturales, pero, científicamente nada de eso es cierto.
Este país arrastra una crisis en todos los sectores, los habitantes sobreviven entre la pobreza, hambruna, terremotos, huracanes, corrupción, crisis sociales, políticas, económicas, analfabetismo y violencia.
La conjugación de estos hechos en gran parte, es lo que se encuentra detrás de las imágenes de pobreza y destrucción que muestra el país.
Asediado por los sismos
Las alarmantes cifras de 2.189 muertos y 12.268 heridos registraron en la Oficina de Protección Civil de Haití; organismo que coordina las operaciones de rescate, como consecuencia del terremoto de magnitud 7.2 que sacudió el sureste de la nación el pasado 14 de agosto, pero ya hace algunas lunas, Haití padeció este mismo horror con similar número de pérdidas humanas.
Mientras las cifras de víctimas van en ascenso, la tormenta Tropical ‘Grace’ toca tierra en la zona afectada por el terremoto, lo que ha dificultado las labores de rescate provocadas por las fuertes lluvias, alertando así la situación humanitaria que ha abrigado la nación en días recientes.
La geografía de Haití comprende la tercera parte de la isla La Española, con 72° 25′ longitud oeste y 19° 00′ latitud norte, 28.542 km² es tierra y 190 km² es agua, formando un área total de superficie 28.704 km², línea de costa 1.771 km. Es un país ubicado entre el mar Caribe y el Atlántico Norte, al occidente de su vecino insular República Dominicana.
El 12 de enero 2010, ocurrió un evento similar en el país caribeño, un terremoto de 7,0 en la escala de Richter, arrasó con Puerto Príncipe, la capital dejando más de 200.000 muertos según datos de BBC Monitoring. Sin embargo, no es el primer terremoto que sacude a la nación.
Un epicentro de catástrofes
La razón por la que surgen tantos terremotos es la ubicación geográfica. En esa zona se encuentra una compleja red de placas tectónicas y fallas geológicas, resultantes del movimiento de la placa del Caribe y la enorme placa de Norteamérica. Debido a estas fallas, se genera una importante actividad sísmica, que con deslizamientos provocan rupturas y choques en las placas tectónicas que favorece el panorama para estos desastres naturales.
Haití es el país más pobre del continente americano, por esta razón, no cuenta con los recursos suficientes para construir edificaciones que resistan este tipo de catástrofes a diferencia de los países industrializados que tienen un sistema de amortiguación; por lo tanto, se ven indefensos ante estas situaciones. Los desastres naturales dejan a muchas familias damnificadas.
Causas científicas
El científico planetario de la Universidad Abierta de Reino Unido, el doctor David Rothery, dijo a la BBC: «La cercanía a la superficie es uno de los factores más graves que contribuyen a la severidad de un sacudón de tierra causado por un terremoto de cualquier magnitud».
El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés) afirma que la falla de Enriquillo quizá haya sido la fuente de varios grandes terremotos a lo largo de la historia: los de 1887, 1860, 1842, 1770, 1761, 1751, 1684, 1673 y 1618. «Al igual que en el evento de 2010, el mecanismo que produce este terremoto indica una falla de empuje oblicuo a lo largo de la zona de falla Enriquillo-Plantain Garden».
Magnicidio y caos
El 07 de julio 2021, el presidente Jovenel Moïse, de 53 años de edad, fue asesinado por un grupo de 26 mercenarios que irrumpieron su residencia en Puerto Príncipe, la capital del país.
En una cobertura para Telesur, la periodista Madelein García informó las declaraciones de la Policía haitiana quienes afirmaron que el magnicidio del presidente Jovenel Moïse se planeó en República Dominicana, por parte de una empresa con sede en Miami llamada CTU Security, ejecutando así la operación Gedeón, empresa financiada que exporta la violencia colombiana para exterminar a quienes consideran un adversario.
El presunto autor intelectual es el médico Pastor Christian Emmanuel Sanon, que según investigaciones iba a formar parte de este gobierno de transición y decía estar apoyado por demócratas y republicanos.
Un conflicto político ideológico
El profesor de Economía y Sociología, Camille Charmers, en su artículo El Imperialismo Norteamericano, afirmó que éste se vale de Haití para sabotear la unidad regional, de una guerra hibrida para tomar el control total de la Cuenca del Caribe, como parte de una dinámica geopolítica de un proceso de acumulación y transición hegemónica.
El plan de transición pretende solucionar los problemas políticos del país, rompiendo la tutela de los Estados Unidos para definir las pautas en el país caribeño, ya que desde 1915 la voluntad de los Estados Unidos domina en el sistema político de la nación.
Haití además está en el puesto 170 en el ranking internacional de corrupción, siendo el país con mayor corrupción en el sector público de los 179 analizados.
Impacto de la pandemia
Los casos de COVID-19 en Haití fueron de 20.719, según el Canal Telesur. La pandemia proyectó un peligro de hambruna, ya que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en octubre 2019, estableció que a partir de marzo 2020 tres millones de habitantes aproximadamente estarían en una situación de insuficiencia alimentaria severa.
Un factor importante que ha evitado que un sector de la población caiga en una pobreza total extrema, son las remesas calculadas en promedio en más de 3.000 millones de dólares al año. Esta suma representa un tercio del Producto Interno Bruto (PIB). «Los haitianos dependen de las transferencias de dinero para la alimentación, la educación e incluso los funerales», señaló el economista Kesner Pharel.
Una economía ínfima
Este país proyecta una depresión económica del 24% pobreza extrema, desigualdad, crimen, alta inestabilidad política, 20 gobiernos en 35 años, referéndum por polémica de la reforma institucional, golpes de Estado y hasta un magnicidio. Estos elementos han generado una mayor crisis económica en el país.
La agricultura es apenas el 21% del PBI, pero concentra la mitad de los empleos, subraya el economista Etzer Emile. La sequía también amenaza y dificulta la preparación de las cosechas para los campesinos haitianos, quienes poseen explotaciones muy pequeñas.
Las Naciones Unidas había calcularon que el 40% de los haitianos tendrían una urgente necesidad de ayuda humanitaria, mucho antes de que la economía mundial fuera paralizada por la pandemia del COVID-19.
En Haití no se vive
Haití es un país con 11.588.479 habitantes, con una tasa de crecimiento demográfico del 1,24% cambio anual desde 2020, según datos del Banco Mundial. Sus habitantes viven de la economía informal.
Su Producto Interno Bruto (PIB) en 2019 fue de 1.137 euros, sus habitantes tienen un nivel de vida paupérrimo, debido a su déficit económico, estando en el puesto 162 en relación a los 196 países del ranking de PIB per cápita. La moneda oficial del país es la Gourde haitiano, equivalente a 0,010 dólar estadounidense.
Aunque es exportador de productos textiles, agrícolas como el cacao, café y mango. Importa manufacturas, materiales de construcción, alimentos y vehículos. El 65% de la población está por debajo del nivel de pobreza, esto lo convierten en uno de los países más pobres del mundo y menos desarrollados.
Riesgos a considerar
La pobreza impide el acceso a una mejor calidad de vida, salud y educación. Haití ha sido un pueblo maltratado, abusado e incluso sometido por distintas circunstancias desde sus inicios. Estas condiciones sanitarias, afectan y expanden las enfermedades, tanto por transmisión sexual como por insectos y alimentos sin una limpieza rigurosa.
Los insectos pueden transmitir enfermedades como la malaria, dengue, filariasis, entre otros. El consumo de alimentos que no han pasado por un proceso de purificación, como el agua o la leche, provocan diarrea del viajero, hepatitis A, fiebre tifoidea o incluso cólera.
Algunas de las enfermedades de transmisión sexual en la región son sífilis, VIH-SIDA, Gonorrea, Herpes Tipo 2, Virus del papiloma humano (VPH), entre otros, como la Micoplasma genitalium. Enfermedades por contacto respiratorio como la Tuberculosis, Meningitis meningocócica, Sarampión o Difteria.
Sin mencionar el riesgo de robos, violaciones, drogas, terremotos y huracanes, a los que se exponen tanto los habitantes como los turistas.
Desigualdad y migración
La tasa de migración según la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 2019, fue de 18.756 migrantes; es decir un 0,17% de la población, la migración masculina es superior a la femenina, con 10.426 hombres, lo que supone el 55.58% del total, frente a las 8.330 de migrantes mujeres, que son el 44.41%. Sin embargo, los haitianos, quienes emigran cada año al vecino insular, como mano de obra barata, denuncian los maltratos recibidos por parte de los dominicanos, intensificados por discursos xenofóbicos.
Los niños son los más afectados por esta situación, ámbitos tan importantes como la salud y la educación se ven agravados por la inestabilidad política y la miseria económica. El analfabetismo es uno de los males sociales que arropan la nación.
En conclusión
La isla caribeña se llamaba Quisqueya, que significa “Madre de todas las tierras” y Ayiti “Tierra de altas montañas”, los taínos eran sus habitantes. Cuando Cristóbal Colón llega en 1492, le cambió el nombre a “La Española”, fue usada como base estratégica para la conquista y en el 1501 al 1520 los españoles importan africanos para seguir explotando las minas de oro y el cultivo de caña de azúcar. En menos de 25 años exterminaron a la población taína.
Bucaneros, franceses, ingleses y holandeses se disputaban la zona abandonada, pero fueron los franceses quienes se quedaron con ella nombrándola Saint-Domingue, y Madrid terminó cediéndole la tercera parte de La Española luego de 200 años de la llegada de Colón. Gracias a la producción de azúcar la convirtieron en una de las colonias más ricas del mundo y lucrativa del mar Caribe.
Luego de la revolución francesa, los esclavos siguieron sus ideales y les declararon la guerra a las fuerzas de Napoleón Bonaparte en la batalla de Vertierres y en 1804 declara su independencia y Saint-Domingue pasó a ser Haití nombre dado por Jean Jacques Dessalines quien se proclamó emperador.
Este hecho declaró a Haití la primera nación independiente de América Latina y la república negra más antigua del mundo. Su idioma oficial es el francés y Creole. A pesar de independizarse, Francia la obligó a pagar una alta indemnización para recuperar el dinero que no recibirían de la explotación de ese territorio, deuda que lograron saldar en el 1947.
Una nación marginada
El gobierno déspota de Dessalines, terminó ejecutando a la mayor parte de los blancos que se quedaron en la isla, mientras que los sobrevivientes fueron expulsados. El 17 de octubre de 1806 fue asesinado por una revuelta de mulatos, quienes eran producto de la mezcla de raza negra y blanca, con este suceso inició una tradición de enfrentamiento de razas.
La monopolización de los comercios extranjeros no dejó salir de la pobreza a Haití. La nación caribeña terminó dividiéndose en el reino del norte controlado por el negro Henri Christophe y una república en el sur con el mulato Alexandre Pétion, tras la muerte de Jean Jacques Dessalines. Pero en el año 1822 ambos estados fueron reunificados por el presidente Jean Pierre Boyer.
Lejos parece estar una solución al círculo vicioso que padece Haití. Parece ser una herencia histórica hecha tragedia eterna, un país que no ha contado sino con el desprecio de sus vecinos, el ultraje de las grandes potencias, y la descomposición de un pueblo oprimido y vejado. Todo esto hacer presagiar que siga siendo negro el futuro de los haitianos.
NAM/Nairiliz Quintero Andara/Pasante