viernes 7 de junio de 2024

¡ENTÉRESE AQUÍ! ¿Caminar o correr, qué es mejor para practicar en las mañanas?

Hacer ejercicio es una buena práctica para recargar energías y muchas personas invierten varios minutos durante la mañana para desarrollar su rutina diaria.

El entrenamiento cardiovascular puede incluir una caminata o una carrera porque ambas benefician su salud. Acá le contamos cuáles son los beneficios de cada una.

Cada vez son más las personas que optan por estar saludables y buscan incluir rutinas físicas que se ajusten a sus necesidades para ejercitarse. Aunque el punto más importante es no dejar de moverse, antes de empezar con una rutina siempre deberá considerar cuáles son sus objetivos y conforme a estos tiene que decidir entre caminar o correr.

Desde que se desató la fiebre del running —carrera a pie— o el power walking —caminata rápida— hace algunos años, estas dos disciplinas se convirtieron en la opción ideal para ejercitarse, ya que solo se necesita ropa adecuada y unos buenos zapatos deportivos.

Ya sea que decida correr o caminar, cualquiera de estas disciplinas lo hará más fuerte debido a que el ejercicio aeróbico incrementa la frecuencia cardiaca. Estas actividades también aumentan el número de mitocondrias —órganos celulares que suministran la energía— en los músculos y en el cerebro, lo que provoca que la persona sienta menos fatiga y, por lo tanto, obtiene más resistencia y mejora su estilo de vida.

Lento pero seguro

A criterio de la entrenadora personal Adriana Punti, elegir correr o caminar dependerá de nuestros objetivos. Por ejemplo, caminar es bueno para ayudarnos a salir de una rutina sedentaria y disfrutar de un momento de aire fresco.

Una caminata matutina nos puede brindar esa energía extra que necesitamos cotidianamente y de igual manera sirve como introducción a la actividad física, para luego pasar a algo más fuerte e intenso.

Su principal beneficio reside en que la intensidad de trabajo ayuda a mejorar la resistencia, aumenta el flujo sanguíneo en los músculos, ayuda a eliminar las toxinas del cuerpo y mejora las actividades propias de la vida cotidiana.

Desde un punto de vista psicológico, las caminatas aumentan las endorfinas y serotonina, sustancias encargadas del bienestar físico y ayudan a combatir la ansiedad.

Las personas que no están acostumbradas a practicar ejercicios o se están recuperando de una lesión, deben optar por la caminata. También es ideal para personas con obesidad o con alguna enfermedad cardiovascular, pues no deben hacer mucho esfuerzo.

María Elena Kestler, licenciada en Fisioterapia de Fisiocentro, explica que para cualquier deportista en recuperación es bueno retomar su rutina de esta manera. También es recomendable para quienes han tenido problemas de rodillas, tobillos y espalda.

Los adultos mayores también pueden caminar entre 20 y 45 minutos al día, según las recomendaciones médicas. Es importante que las personas de la tercera edad cuenten con el acompañamiento de un profesional o supervisor para evitar caídas.

Con más intensidad

Si está bien de salud, pero quiere mejorarla, correr es definitivamente la opción adecuada, ya que tiene muchos beneficios a corto y largo plazo. El ejercicio aeróbico incrementa la frecuencia cardiaca y, por lo tanto, reduce la incidencia de enfermedades del corazón.

Si decide correr moderadamente por su cuenta, esta disciplina puede beneficiarle también en la reducción del peso corporal mucho más rápido que la caminata, pero debe hacerlo de forma progresiva y tomar en cuenta las recomendaciones de algún profesional, ya sea un entrenador o un médico, para evitar lesiones.

Es importante que cada año se practique un chequeo médico general para conocer concretamente cómo está su estado físico.

Si es una persona que nunca ha practicado actividad física, Kestler recomienda iniciar con caminatas y luego correr. Además, es básico efectuar un calentamiento previo a la actividad. No menos importante es el enfriamiento de los músculos —estiramientos—.

El corazón también se fortalece al correr y se mejora la frecuencia cardíaca, ya que el órgano se vuelve más eficiente con cada latido.

Otras consideraciones

No olvide alimentarse de una manera más balanceada. Incluya en su dieta más verduras, vegetales, carbohidratos complejos —granos y harinas integrales— y carnes magras —salmón, atún o pechuga de pollo—.

Las personas que se ejercitan deben tomar entre dos y tres litros de agua.

 

Prensa Libre /NAM/ Pasante Sandy  Godoy