La hiperinflación en Venezuela amenaza con inutilizar al actual cono monetario, cuyos billetes de menor denominación ya enfrentan el rechazo de la población antes los aumentos desaforados de los precios de bienes y servicios, situación profundizada por el reciente ajuste salarial, que lo ubica en Bs 18.000 a partir de este 15 de enero.
De esta tendencia, el billete de Bs 2 ha sido el signo monetario que más ha sido relegado por parte de los ciudadanos, que eluden su uso para evitar contar con una gran suma de efectivo, con escaso poder de compra.
El actual cono monetario entró en vigencia el 20 de agosto de 2018 con la sentencia de una pronta muerte. El avance acelerado de la hiperinflación auguraba una vida corta a la pieza de 2 bolívares, el papel moneda de menor denominación de la economía venezolana que apenas paga el Metro o el tanque de gasolina de los vehículos, ambos fuertemente subsidiados.
En septiembre, a escasos de 10 días de la reconversión monetaria que le quitó cinco ceros al bolívar, el billete de dos bolívares podía comprar cuatro boletos del Metro de Caracas, con valor de Bs 0,50 cada uno o dos pasajes en transporte público urbano fijado en Bs 1.
Hoy en día, el boleto del sistema subterráneo tiene un precio de Bs 1, por lo que el pieza de Bs 2 compra dos tickets, pero no puede pagar el pasaje del servicio de transporte público, que a pesar de estar regulado en Bs 5, no bajaba de Bs 30 antes del aumento salarial.
Varios economistas han sugerido, incluso, que las piezas de Bs 5, Bs 10, Bs 20 y Bs 100 irán quedándose rezagadas ante los continuos brincos de los precios de bienes y servicios, por lo que plantearon la necesidad de ampliar la familia de billetes.
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