“Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”, estas fueron las últimas palabras de Jesús antes de morir en la Cruz. Este Viernes Santo se recuerda el camino que el hijo de Dios tuvo que recorrer llevando sobre sus hombros la Cruz en el cual iba a ser crucificado para luego resucitar al tercer día entre los muertos.
A las tres de la tarde dio su último suspiro luego de ser crucificado, los católicos a partir de esa hora guardan silencio para acompañar a Jesucristo en el la soledad del sepulcro.
Durante el Viernes Santo millones de católicos manifiestan su fervor religioso por los sufrimientos que tuvo la Virgen María y Jesús.
En la celebración de este día, los sacerdotes y diáconos visten ornamentos rojos, en recuerdo de la sangre derramada por Jesucristo en la Cruz. Los obispos participan en esta celebración sin báculo y despojados de su anillo pastoral. Antes de iniciar la celebración, el templo se presenta con las luces apagadas.
En cuanto a los altares, se encuentran sin manteles ni adornos y los santos son tapados con un manto blanco, al tiempo que se recuerdan y meditan las 7 últimas palabras que dijo Cristo:
• Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen.
• En verdad te digo, que hoy estarás conmigo en el paraíso.
• Mujer ahí tienes a tu hijo. Ahí tienes a tu Madre.
• Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
• ¡Tengo sed!
• Todo está cumplido.
• Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.
El único día del calendario litúrgico católico donde no se celebra la Misa, como luto por la muerte del hijo de Dios. Las campanas permanecen mudas, se evita el canto, baile y cualquier tipo de celebración.
La Iglesia Católica, pide a sus fieles a guardar ayuno y abstinencia de carne como penitencia.
NAM/ Agencias
