viernes 29 de marzo de 2024

¡EN LA BALANZA! Gil Yepes: «En Venezuela hay una economía formal deprimida y una informal activa»

La crisis económica del país ha creado una enorme brecha que divide a dos extremos totalmente polarizados y que, además, coexisten como dos economías paralelas la una a la otra, pero en la que una tiene mucha más ventaja que la primera en detrimento de su propia existencia.

Y es que en Venezuela, los números de la «economía formal» (la denominada en bolívares) no son los mejores y ratifican que Venezuela es el país con más inflación y más recesión, pero «hay una economía informal, que está surgiendo» (dolarizada de facto) y que lleva a un repunte, así lo señala el analista José Antonio Gil Yepes, directivo de Datanálisis.

Esto implica que aunque existe un sistema económico latente y vigente denominado en bolívares por ser esa todavía la moneda de curso legal del país, este sector macro se encuentra en un acelerado proceso de deterioro debido a que la hiperinflación destruyó el valor del bolívar e hizo mutar la economía formal hacia un nuevo sistema de generación de rentas que derivó y nació de esa economía inflacionaria, es decir, el sector de la población y de la economía venezolana que se maneja en dólares y que, por consiguiente, está constituido por bienes, productos y servicios de tan alta cotización y plus valor que solo se denominan en dólares o euros, dada la evidente desmonetización y desuso en el que progresivamente ha caído el bolívar producto de la crisis, la devaluación, la inflación y la política del gobierno de Maduro de flexibilizar la economía, eliminar los controles y permitir la libre circulación de la moneda estadounidense.

“Los teléfonos en las oficinas están sonando. Hay más solicitudes de trabajo, de publicidad y estudios de mercado; hay más compra de materias primas, hay reactivación de plantas. Hay gente que llama del exterior y dice que está interesada en invertir en Venezuela”, expuso Gil Yepes en una entrevista con el medio digital Contrapunto.

Este fenómeno tan inusual y poco común en la Venezuela de la hiperinflación se originó por la aparente reactivación que se evidencia en un sector dinámico de la economía nacional, que es solo el que tiene acceso a ingresos, salarios, inversiones, capitales, ahorros y remesas en dólares; aproximadamente un 23% frente al 77% del resto de los venezolanos que solo tienen acceso a bolívares y están insertos en una economía prácticamente extinta, artificial y en una suerte de estado de coma por la intolerable magnitud de una crisis que el gobierno de Nicolás Maduro todavía no soluciona.

«Claro que hay una economía formal deprimida y una economía informal activa. Simplemente no llevas los números. No sabes qué números son, pero la economía está ahí», explica Gil Yepes.

El experto se refiere a que el segmento del país que se moviliza en dólares y que hace circular un enorme flujo de capitales de 2.500 millones de dólares, que han entrado por vías lícitas e ilícitas, no tiene un sistema de rendición de cuentas o auditoría bancaria-financiera debido a que el país no está oficialmente dolarizado, pese a que algunos bancos privados ya ofrecen servicios de apertura de cuentas en dólares y custodia de depósitos de dólares en efectivo a clientes jurídicos por comisiones del 1% en cada transacción.

«No solo hay dólares en la calle: Es que también se habla en dólares y hasta quien cuida carros espera una propina en dólares. No es gente que está en la nómina de una empresa formal que le paga en dólares. Es una gente que está recibiendo dólares que paga cualquiera en la calle», dice el analista. 

Esto viene determinado por la dinámica circulación de moneda estadounidense en efectivo con un alcance y penetración social que el Gobierno no puede controlar, pues la dolarización se ha establecido de facto, de manera forzosa, espontánea, desigual y expansiva en todo el país ante distorsiones tan grandes como la hiperinflación, la devaluación, la escasez de liquidez en bolívares tanto en efectivo como en cuentas bancarias nacionales.

«Los dólares vienen de las remesas, de las exportaciones del sector privado, del lavado de dinero», concluye Gil Yepes.

 

Ricardo Serrano