Dos meses después de la renuncia de los rectores del Consejo Nacional Electoral de Venezuela (CNE), el Parlamento designó a sus sustitutos -tres chavistas y dos opositores como titulares- tras un proceso de selección entre más de un centenar de aspirantes.
El nuevo CNE cuenta con la misma proporción ideológica que el saliente -el más equilibrado en décadas, según políticos y ciudadanos de diverso signo-, que no llegó a dos años de ejercicio, pese a que el período para el que se designa el ente electoral es de siete años.
A continuación, las claves de una inesperada renuncia y de un nombramiento bajo la lupa:
1- El momento
La renuncia de los ya exrectores se produjo a cuatro meses de las primarias opositoras, para las que el antichavismo negociaba la posible asistencia técnica del ente electoral, que quedó descartada tras el intempestivo giro. Con este descarte, surgieron las dudas y cierta desazón en la Comisión Nacional de Primaria (CNP), encargada de gestionar el proceso.

Las reacciones no se hicieron esperar, apuntando, en su mayoría, a una «estrategia» del oficialismo para boicotear las primarias, cuya celebración pende un hilo, debido a las numerosas trabas que el proceso se va encontrando en el camino, entre las que la renuncia de la directiva del CNE fue una más.
2- Los actores
Los primeros en renunciar fueron los rectores chavistas, con la firma de una declaración que explicaba que la decisión se tomó con el «noble objetivo» de que Venezuela «termine de enrumbarse hacia la prosperidad económica y la estabilidad social», una explicación que no convenció. Menos de una semana después, dejaron el cargo los opositores, debido a la «situación irregular» generada en el ente.