Desde la fundación de la ciudad de Cabimas no se había observado el inminente peligro que corren los habitantes del sector La Rosa, específicamente las familias que pertenecen a los sectores conocidos como R1 y R5 los cuales han cambiado la hermosura de sus patios por una capa densa y mal oliente de petróleo.
La ciudad conocida como la cuna del petróleo, actualmente pide a gritos auxilio, esto queda impregnado en sus costas que al pasar los años han sufrido mucho a causa de los constantes derrames petroleros, ya que sus aguas se han convertido en manantiales de petróleo, desechos y gases tóxicos.
Crónicas Uno, realizó un interesante reportaje en 2021, del cual se ha nutrido este, destacando que, desde entonces y hasta ahora, el escenario sigue siendo el mismo. La misma contaminación, la misma desatención, la misma precariedad en un pueblo muy maltratado para lo que ha dado a lo largo de la historia.
La señora Zoila, habitante del sector, le comentó al equipo de Crónicas Uno, que cuando llego a la ciudad “Daba gusto ver cómo la gente se bañaba, pasaba fines de semana felices. Todos los que pasaban por la intercomunal paraban aquí para ver el famoso Lago de Maracaibo y sus aguas cristalinas”.
Cabe destacar que en esta parroquia, en años anteriores, sus habitantes se reunían con sus familiares a compartir juegos tradicionales, deportivos y almuerzos al lado del lago a orillas de la playa, pero solo quedo como un recuerdo en sus memorias, ya que lo que un día fue color de rosa, hoy solo se tiñe de negro.
Todo huele a petróleo y es más precario
En su mayoría, las familias de esta ciudad obtenían sus ingresos económicos por la pesca, hoy solo queda seguir pescando el sueño de aquellos tiempos en donde el hermoso lago les daba para comprar de todo y ahora solo puede brindar gemidos desesperados que dejan luto a su paso.
Las personas que aún continúan ejerciendo el oficio de la pesca se han visto forzados a vender o alquilar sus embarcaciones debido al alto costo del combustible que utilizan para ejercer su labor y es que ahora deben realizar viajes más largos por el lago para poder obtener pescados frescos.
La verdadera odisea comienza cuando la gasolina se acaba, el problema no es cuando se termina, lo verdaderamente difícil es conseguirla, porque, cuando la consigues esta cara y sino la compras otro se te adelanta, parece una carrera hípica, en donde quien menos piensas a veces es el que gana.
Del cielo te caen los clavos…
A pesar de que muchas familias se han visto afectadas por esta situación y se han registrado pérdidas de viviendas, utensilios del hogar y hasta de calles cercanas a la zona afectada, el petróleo sigue emanando de los taladros como ríos que buscan su cauce, llevándose todo a su paso pero sin hacer ruido.
Pero, lo que para unos es malo, otros le sacan provecho, como es el caso del señor Alirio Reyes, de 56 años, quien afirmó a Crónicas Uno que “los albañiles usan el petróleo que yo cuelo para reparar los techos de las casas, por un balde me dan un producto y con eso me ayudo”.
Petróleo hasta en las venas
De ser un recurso valioso y costoso, paso a formar parte de la cotidianidad, tanto, que no solo está en las calles sino hasta en el cuerpo lo han de llevar los cabimeros; diarrea, ronchas y hasta problemas para respirar es lo que ha dejado el oro negro en esa parte de la ciudad.
Antes, trabajar con ese mineral costaba mucho, hoy en día los acompaña en el hogar, en los zapatos que se ponen y hasta en el oxígeno que deben respirar, desde el más grande, hasta el más chico se quejan del negrito, ese que los tiene azotados, peor que un político en campaña.
Gratitud y bondad para Cabimas
De promesas nadie vive, hablan de lo mucho que ha dado la ciudad, pero nadie menciona lo poco que recibe, la tierra desde sus entrañas sigue dando ese fruto negro y espeso, pero de excelente calidad, que se encuentra esperando a que lo vuelvan a valorar.
En años anteriores eso que hoy desfila como una caravana por las calles, lo explotaron sin cesar, tanto que ni una sola gota se podía derramar, Cabimas hoy reclama lo que es suyo, exige trabajos dignos y la mejoría son la prioridad, está cansada de ser Cenicienta, sabiendo que vale mucho más.
Hasta sin béisbol quedó Cabimas, una ciudad especialmente amante de este deporte y cuna de grandes glorias de nuestro principal deporte como Víctor y Pompeyo Davalillo, como Ángel Bravo -aunque éste de de La Rita- y otros tantos más.
Petroleros de Cabimas BBC nació como equipo de expansión de la LVBP y su destino fue el destierro. Desde entonces, Cabimas siguió amando a las Águilas del Zulia, pero más nunca vivieron lo que es un juego de béisbol en su estadio.
Y es que, el Víctor Davalillo se cae a pedazos ante la mirada indolente y cómplice del gobierno en sus tres niveles. Ha habido intentos de recuperar el parque de béisbol, pero las iniciativas han sido lentas y muy minúsculas.
La icónica agrupación gaitera, orgullo de Cabimas no pudo componer tema mejor para retratar lo que hemos recordado en este reportaje:
Tema: Gaita a Cabimas
Intérprete: Barrio Obrero de Cabimas
CORO
Virgen del rosario
Cabimas se desespera
Hay hambre por donde quiera
Y otros problemas precarios
Rogad desde tu santuario
Por la zona petrolera
I
Cabimas la cenicienta
A ti te oigo nombrar
Nadie, nadie en general
Te sabe tomar en cuenta
II
Una capa por encima
De petróleo mal echado
Ese es el gran asfaltado
De las calles de Cabimas
III
Hablan como treinta loros
Cuando algo le van a hacer
Cabimas debe tener
Las calles echas de oro
IV
Siempre, siempre en el olvido
A Cabimas la han echado
Ella es la que más ha dado
Y menos ha recibido
NAM/Adriana Gutiérrez/Pasante
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