La guerra retórica entre Estados Unidos y Venezuela se ha prolongado como la suspensión de las negociaciones con la oposición y el estancamiento de la crisis política-económica. Y es que luego de que Elliott Abrams, enviado especial del Departamento de Estado para Venezuela afirmara este martes que la activación del TIAR no implica una intervención militar, unas horas después se contradijo e hizo alusión a la negociación y posterior invasión militar de Estados Unidos en Panamá en 1989.
«La historia de Noriega (en Panamá) involucró una invasión de EEUU. Intentamos hacer un acuerdo con él y le dijimos, así como hemos dicho a Maduro, que no lo perseguiríamos pero que tenía que irse. Se negó a irse y el resto es historia», dijo el diplomático.
Previo a la asonada militar estadounidense en el país centroamericano, el gobierno del entonces presidente George H. Bush (padre) presionó al gobierno dictatorial de Manuel Noriega mediante sanciones y le insistió en negociar su salida, pero el mandatario panameño se atrincheró en el poder y EEUU decidió adentrarse en el país con sus Fuerzas Armadas, lo que llevó a la captura y extradición de Noriega a EE.UU., así como a la disolución de las Fuerzas de Defensa de Panamá.
Noriega estaba solicitado por las justicia de Estados Unidos por el delito de narcotráfico. La operación militar estadounidense en el país se realizó desde el 20 de diciembre de 1989 hasta el 31 de enero de 1990. Elliott Abrams fue uno de los coordinadores de esa intervención por orden de Bush.
En la actualidad, Abrams mantiene la posición, por orden de Trump, de presionar al gobierno de Maduro hasta llevarlo a negociar, y si esa acción fracasa, evaluar la posibilidad de una operación militar en caso de que el gobierno venezolano se rehúse a dejar el poder, tomando en cuenta que altos funcionarios de Maduro también están requeridos por la justicia estadounidense por presuntos de delitos de corrupción, lavado de dinero y narcotráfico; entre ellos Tareck El Aissami, ministro de Economía e Industrias del gobierno de Maduro.
NAM/Ricardo Serrano (Twitter: RS_Journalist)