Planificar es una competencia importante para lograr metas con menos esfuerzo y desperdicio. En una oportunidad una mentora me dijo: «Todo lo que inviertas en un buen Plan, te lo ahorrarás en la ejecución»
Un Plan nos permite hacer foco en aquello que queremos y que es importante, y si lo hacemos bien, nos permite incluso tener mucho más claro lo que queremos, para qué lo queremos y cómo lo obtendremos.
Otra cosa importante de los Planes, es que nos permite revisar acciones para saber si nos acercamos o no a eso que visualizamos cuando lo generamos. Nos permite reorientar, incluso cambiar estrategias.
Los sueños son deseos que no están puestos en planes y en gran medida es la razón por la cual no se logran, suelen ser idealizados esperando momentos perfectos o condicionados por una cantidad de excusas que nos decimos para tranquilizar un poco la culpa de la inacción.
Creo que los sueños y a su vez los objetivos, son una parte fundamental de la condición humana. Nuestro deseo de lograr grandes cosas, romper fronteras, tener un impacto en el mundo y en las personas que nos rodean, comienza solo con un sueño. Los sueños no solo nos dan algo a lo que aspirar, si no que conectan nuestros corazones con la causa, creando la pasión que necesitamos para avanzar, incluso ante la adversidad.
Algunas preguntas cuyas respuestas te invito a pensar, escribir y sentir.
¿Qué quieres lograr este año?
¿Para qué quieres lograrlo?
¿Cuál sería tu primer paso y qué fecha le pondrás?
¿Quiénes podría ser apoyo para tí en ello?
¿Qué necesitas aprender?
¿Qué necesitas dejar de hacer para lograrlo?
¿Cuál es la excusa que sueles repetirte para no arrancar?
¿Qué tanto poder le estás dando a tus excusas?
Podemos aprender a hacer Planes, pero sino trabajamos las creencias limitantes, las excusas, será algo puesto en papel que lejos de motivarnos, será una razón de sufrimiento y culpa.
NAM
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