La angustia es como un miedo sin forma, algo que sentimos como una amenaza grave y puede ser paralizante.
Se inicia como una preocupación que no se interroga y termina por quitarnos el sueño, porque creemos que esa película de terror que escribimos en nuestra mente, finalmente ocurrirá.
No todas las personas se preocupan por lo mismo ni en la misma medida, pero a todos nos inquieta algo. Y la preocupación no es buena ni mala por sí misma. De hecho, es una capacidad que nos ha permitido llegar hasta aquí. «Sin el estrés, la alerta, el miedo o la preocupación ante una amenaza no hubiéramos sobrevivido.
Sabías que, 80 % de la Cosas que nos preocupan no ocurrirán. 10% Ocurrirán y no están bajo nuestro control.10% Está bajo nuestro radio de acción
Una mente angustiada está centrada generalmente en los dos primeros, cosas que no ocurrirán y cosas que no puedes controlar. Vivimos queriendo certezas y tener el mayor control de todo y no lograrlo genera angustia.
Una amiga Coach dice que la angustia es exceso de futuro, para mi tiene mucho sentido; pero también creo que depende en gran medida de cómo lo imaginas, entonces hay que reflexionar de qué manera piensas en el futuro.
Algunos ejemplos:
Si tienes situaciones económicas hoy… ¿Piensas que te irá mejor, que es temporal o piensas que estarás arruinado y con deudas?
Estás pasando por alguna situación de salud, ¿Piensas en la cura o en la enfermedad? ¿Te ves en cama o te ves sano?
Tuviste un fracaso profesional, ¿Crees que es aprendizaje y ves que puedes lograrlo o crees que no hay nada que hacer, que el éxito no es para tí?
Si ves el futuro como una posibilidad para lograr tus conquistas, es más factible que te entusiasme crear en el presente, porque es aquí y ahora donde se construye ese futuro.
Mantenerse ocupado como sea posible en las cosas que quieres para tí, ayuda también a mantenerse alejado de los pensamientos negativos y de las ideas más catastróficas. La preocupación es natural, pero es la ocupación la que hace que puedas lograr superarla.
