¿Alguna vez has sentido el miedo prestado? ¿Miedo prestado? ¡Sí! Ese que sientes luego de alguna alerta que te da otra persona, o por alguna referencia de alguien más y te apropias de ese miedo, cuya situación no viviste directamente, pero sólo de pensarlo te aterra. Cuando alguien te dice: «Cuidado con…»
Como parte del aprendizaje observamos las consecuencias de las acciones y aprendemos de ellas. No siempre es necesario experimentarlas por nosotros mismos. Por ejemplo, si un niño ve a su hermano quemarse al tocar una vela, puede aprender que esa acción tiene un resultado doloroso sin ejecutarla él mismo. Esta forma de aprender es muy útil pero cuando no se trata de consecuencias físicas sino psicológicas puede resultar problemático.
Hay algunas o muchas cosas a las que les tenemos miedo por experiencias que han vivido otras personas, es a lo que yo llamo: «Miedos prestados». No ir a ciertos lugares o no hacer algunas cosas, en fin. Evitar todo aquello que nos ponga en posición de riesgo desde lo que hemos aprendido por experiencia de otros.
Hoy hago énfasis en esos miedos prestados que implican que te paralices frente a conversaciones importantes. Cuando no dices lo que para ti es importante decir por miedo a sentirnos humillados, pasar vergüenza o cualquier otra situación de profunda desaprobación que amenace la pérdida de la integridad del ser o la dignidad humana (también le llamo un tiro que hiere al ego).
Producto de esto ¿Cuántas familias, amistades y equipos de trabajo viven una «armonía modo espejismo»? Aprenden a manejarse desde todos los «no debes decir esto o aquello», » no te escucharán», «si dices eso te van a gritar o criticar», «te verán de esta o aquella forma”, “aquí no se permite decir lo que se siente y menos si es algo que no está alineado al status quo»; es decir, todo lo que comprometa el costo de simpatía, y cuando hacemos esto, sin importar el contexto, estamos promoviendo relaciones que carecen de confianza y autenticidad.
¿Es posible sentirse bien en alguna relación donde no puedas expresarte sin sentirte a salvo? ¿Sin miedo a ser avergonzado y rechazado? ¿Es posible estar bien en un equipo o empresa donde siempre tienen que estar pensando más en cómo lo tomarán para no ser expuesto y descalificado que escuchado y atendido?
¿Qué piensas al respecto? ¿Has dejado de decir algo importante para tí en algún momento por algún miedo prestado? ¿Has estado en situaciones así?
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