Cuando tienes esos espacios de conversación contigo, ¿Cómo son? ¿Qué sueles decirte?
Las cosas que nos repetimos a nosotros mismos, positivas o negativas empiezan a formar parte de la forma como nos vemos, sentimos y actuamos.
Hablar contigo mismo puede ayudarte a enfocar tu pensamiento, a liberar miedos, a lograr metas y, en definitiva, a conocerte mejor, pero siempre que utilices las palabras adecuadas.
¡A veces nuestro peor juez, verdugo y crítico somos nosotros mismos! Las palabras más duras nos las decimos nosotros y es importante que nos demos cuenta de ello. Darnos cuenta de cómo son nuestros monólogos internos nos permite hacer conciencia de la forma en la que estamos alimentando nuestros pensamientos, emociones y acciones.
Incorporé una práctica para darle fuerza a lo que quiero para mí y es hablar conmigo en voz alta. ¡Eyyyyy! ¡Les cuento el efecto que tiene! Me escucho diciéndome lo bueno y lo malo; así que empiezo hacerme preguntas que me ayudan ¿Cuál es la excusa esta vez? ¿A qué le temes? Suelo hacer una lista de las cosas que impulsan e inspiran, así como las acciones que necesito hacer para lograr mis metas.
Decirme en voz alta lo que quiero, lo que he logrado, lo que seguiré haciendo me funciona. Creo incluso que me ayuda a mejorar un poco cada día, refuerza mi disciplina.
Mi invitación es que tengas conversaciones contigo mismo y en voz alta. ¡Tú eres quien más te conoces! Sugiero que uses frases agradables, dí lo que te gustaría que te dijeran y aliméntate de las mejores conversaciones y sobre todo, ¡Escúchate!
NAM/LAURA LA ROSA COLMENAREZ
Consultant / Coach
Ontological Coach / Executive
DO / Culture / Climate / Change
ORGANIZATIONAL DEVELOPMENT
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