Se cumplía exactamente un mes de la caída de un avión de Aeropostal en el páramo Las Torres, al sur del Lago de Maracaibo correspondiente al vuelo 109 que cubría la extinta ruta Maracaibo-Santa Bárbara, sin sobrevivientes, cuando otra tragedia enlutó familias venezolanas. El 5 de abril de 1991, un día como hoy hace 31 años, el autobús Pegaso, signado con el número 17 de la línea Expresos Maracaibo cayó desde el Puente sobre el Lago de Maracaibo pasadas las 11.00 de la noche con 59 personas abordo. Aquí rememoramos esa tragedia que marcó la vida de los zulianos.
Con saldo trágico de 48 muertes y milagroso de 15 sobrevivientes, la tragedia enmudeció al país. Todavía hoy, transcurridos 31 años de ese hecho, cruzar la imponente plataforma de concreto que une al occidente zuliano con el resto del país evoca ineludiblemente ese aciago momento.
Habla un sobreviviente muy querido
Conocido en su mundo laboral como “Jololo” el ya canoso y experimentado José López, reportero gráfico de dilatada trayectoria es uno de los sobrevivientes de esa tragedia y en su mente aún se encuentran frescas las terribles horas de ese momento.
‘Jololo’ se queda un rato en lontanza, sus ojos se llenan de lágrimas, porque, aunque ya son momentos de vida superados, recordar aquello mueve las fibras sentimentales y psíquicas de cualquiera, porque lo que se padeció en ese instante fue sencillamente espeluznante. ‘Jololo’ pudo escapar de las fauces de la muerte en cuestiones de segundos:
“Eran las 11:30 de la noche. El bus expreso salió de Maracaibo con destino a Caracas. Los 59 pasajeros salieron del Terminal, escuchando música y contando chistes. El ambiente era jocoso y relajante”.
Recuerda López que “recorrimos la avenida Los Haticos. Llegamos al peaje del puente y todo era normal. El bus se mantuvo siempre por el canal rápido y a gran velocidad inició su travesía por la plataforma. Logró rebasar a los vehículos que circulaban por el canal lento. Cuando llegó a la pila 66, tres kilómetros antes de llegar al otro lado del puente, cruzó al canal contrario e inmediatamente, tumbó la baranda lateral. Cayó al lago. A los pasajeros que estaban cerca de las ventanillas apenas les dio tiempo de romper los vidrios; a algunos se les dificultó salir por la presión del agua, pero ya en la inmersión y en lo aparatoso del hundimiento, escaparon rápidamente. La mayoría quedó inconsciente y se ahogaron, unos pocos pudimos reaccionar y nadar, y así, salir a flote”.
Jololo recordó que “en esos minutos, flotando en pleno lago a más de 100 metros del puente, era impresionante pensar ¿Cómo salí del bus? Si todo ocurrió muy rápido, estoy flotando y el bus lo tengo abajo en el fondo ¡Dios es grande y misericordioso! si esto es una muestra de que Dios me acompaña hay que seguir luchando, cumpliendo con las metas y objetivos trazados”.
Las investigaciones demostraron que el exceso de velocidad y fallas mecánicas en la unidad fueron las causantes del accidente que afortunadamente no ha tenido réplicas desde ese día.
NAM/Vía Notizulia/Video: Cortesía NotiZuliaNet
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