Estados Unidos mueve sus fichas para presionar la salida del régimen de Nicolás Maduro. El enviado especial de EE. UU. para Venezuela, Elliott Abrams, se reunirá en Roma con el viceministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Riabkov para hablar sobre la situación venezolana.
Estados Unidos, Rusia e Italia se reunirán para hablar del país suramericano sin ningún representante de Venezuela presente.
Estados Unidos ha aumentado en los últimos días sus denuncias contra Rusia por su respaldo a la dictadura de Maduro, y el pasado lunes acusó a Moscú de “intervencionismo” por seguirle apoyando mientras que Washington y otros 50 países han reconocido a Juan Guaidó como presidente encargado de Venezuela.
“Rusia también ha creado esta crisis. Por sus propias razones, está torpedeando los sueños y esperanzas democráticas del pueblo venezolano”, dijo el lunes el secretario de Estado de EE. UU., Mike Pompeo, en una conferencia de prensa:
Moscú, como La Habana, sigue proporcionando cobertura política al régimen de Maduro mientras presiona a otros países para que ignoren la legitimidad democrática del presidente interino Guaidó.
Esta semana, además, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos sancionó al banco ruso Evrofinance Mosnarbank por ayudar a la dictadura chavista a eludir las sanciones económicas impuestas contra Caracas, a través de la utilización de la criptomoneda “petro”.
Tanto Rusia como Italia han fungido como una especie de “salvavidas político” para Maduro. Por un lado, Rusia respalda económicamente a la dictadura, mientras que Italia evita reconocer a Juan Guaidó como presidente de Venezuela y retrasa las sanciones.
Rusia y sus intereses económicos
Analistas internacionales aseguran que Rusia sigue respaldando a Maduro no solo para aumentar su presencia en América Latina e incomodar a Estados Unidos, sino también porque Venezuela le ha otorgado millonarias concesiones en materia financiera.
La petrolera rusa Rosneft ha canalizado más de 17.000 millones de dólares en préstamos al régimen chavista durante la última década. Lo anterior mientras que la empresa europea ganó tres millones de toneladas de petróleo en 2017 de sus operaciones en Venezuela. En general, Rusia ha invertido en muchas industrias venezolanas, desde banca hasta ensamblaje de autobuses. Al mismo tiempo, Venezuela ha sido uno de los mayores compradores de armas rusas entre los países latinoamericanos.
Debido a estas deudas y otros lazos económicos, Putin se ha visto obligado a respaldar a Maduro, pues podría pensar que si el presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, asume el poder, los que apoyaron a Maduro probablemente serán expulsados, y el acceso privilegiado de Rusia a los campos petroleros de Venezuela sería revocado.
De la misma manera el analista Mauricio Martínez, considera que tales acuerdos permitirían que en 2 años se realicen elecciones. «E definitiva el destino de Venezuela será negociado entre Rusia y EE.UU. Rusia exigirá respeto y levantamiento de sanciones».
Italia con Maduro
Elliott Abrams se reunirá con funcionarios italianos, entre ellos Pietro Benassi, asesor diplomático del primer ministro de Italia, Giuseppe Conte, para presionar al Gobierno italiano con el objetivo de que se una a favor de la democracia en Venezuela.
Hay que recordar que la Unión Europea está resquebrajada y aún no logra una posición unitaria en relación con reconocer a Juan Guaidó como presidente de Venezuela y con la posibilidad de emitir mayores sanciones contra la dictadura.
Un reportaje del diario ABC de España revela que la posición de Italia estaría relacionada con las relacionadas de este país con el Gobierno de Putin, las cuales van “viento en popa”.
NAM/Agencias