No es un secreto que el ejercicio periodístico en Venezuela se ha vuelto una cruzada incluso peligrosa. Acceder a las fuentes oficiales de la información es cada vez más complejo y se le exige al comunicador una serie de “requisitos” cuando solo el carnet de prensa y una acreditación del Colegio Nacional de Periodistas (CNP) eran suficientes para que el periodista pudiese tener acceso libre, conforme establecen las leyes a las fuentes de información. Hoy, Venezuela celebra el Día Nacional del Periodista con muchas incertidumbres, pero con una pasión que se agiganta a más obstáculos.
Leyes, códigos, amenazas, cierres de medios, intimidación, de todo le ha ocurrido a los comunicadores en Venezuela en los últimos años, ha sido una práctica recurrente. Un comunicador no puede hacer unas tomas de cualquier acción noticiosa, ni siquiera para un documental de turismo porque es objeto de detención y de un intenso interrogatorio por parte de algunas autoridades.
Acceder a los espacios donde nace la noticia, muchas veces es cuesta arriba. Ir a un muelle de PDVSA, a un estación o subestación eléctrica, a cualquiera de las instituciones del Estado es complejo y de alguna manera el Estado se ha venido protegiendo también de algún tipo de prensa tendenciosa que solo busca hacer daño y no decir la verdad, pero no se puede ocultar que el tratamiento que desde la oficialidad se le da al periodista no es el más justo. No obstante es injusto e impropio generalizar, no ocurre en todos los espacios, no pasa en todas las instituciones, no lo hace toda la autoridad oficial.
Es una verdad inocultable y es la razón de lucha de un gremio que sabe la importancia del ejercicio de esta profesión que sustenta la democracia de un país. Sin embargo, no toda la institucionalidad ataca al periodismo como ya se dijo. Sorteando dificultades todavía se puede ejercer en Venezuela, evidentemente con las limitaciones que existen, que va desde lo económico y lo logístico hasta lo institucional.
Así como la autoridad se ha excedido, también lo han hecho algunos comunicadores poniéndose a favor y en contra de cualquiera de las tendencias políticas del país olvidando la ecuanimidad y el equilibro, es otra verdad que no puede omitirse.
Ejercer sigue siendo un desafío. Así lo explica el periodista Santiago de León: “Cuando las cosas se ponen difíciles, debe brotar la inteligencia, ésta debe superponerse a la fuerza bruta y al ímpetu visceral, porque lo importante es no callar, lo importante es seguir diciendo la verdad a pesar de que para ello debas tomar atajos u otro tipo de caminos, los periodistas debemos cuidarnos, pero no callarnos, porque en nuestras voces, teclas y opiniones están los conceptos que hacen constructos mentales en una sociedad”.
La voz de los sin voz
El periodista versa su esencia en ser la voz de los sin voz; la voz del que denuncia una injusticia y la hace de conocimiento público por diversas razones, pero principalmente pidiendo justicia.
Una comunidad que denuncia una carencia, una necesidad o calamidad es una comunidad que busca justicia, la justa atención a sus necesidades que pueden ir desde la seguridad, los servicios públicos, el acceso a los programas sociales.
Una institución que hace un trabajo social, que atiende necesidades de los más vulnerables, busca en los periodistas ser la plataforma que muestre al mundo su obra; Así hay instituciones benéficas, sin fines de lucro que hoy más que nunca llevan alimento, salud, juguetes a los barrios.
Una persona que es víctima de la agresión física, verbal, institucional, acude al medio de comunicación sabiendo el poder que tiene como expresión de una denuncia o de un clamor, eh ahí la importancia de esta profesión y el alto sentido de la responsabilidad que supone.
Recordando
Será en 1964 cuando el periodista Guillermo García Ponce propuso –ante la Cuarta Convención Nacional de la Asociación Venezolana de Periodistas (AVP)– mover la fecha del Día Nacional del Periodista en Venezuela, como un homenaje a la primera edición de “El Correo del Orinoco”. Este periódico había sido fundado por Simón Bolívar en compañía de Juan Germán Roscio, Cristóbal Mendoza y otros partidarios de la gesta emancipadora. Su primera edición salió al público el27 de junio de 1818 y circuló hasta el 23 de marzo de 1822.
En 1994 la Ley de Ejercicio del Periodismo ratificó el 27 de junio como el Día Nacional del Periodista. Así como reconoce el 8 de septiembre como el Día Internacional del Periodista, que conmemora la ejecución del periodista checo Julius Fucik por los nazis.
NAM y todo su equipo de periodistas hace consciencia del trabajo equilibrado y entregado de los periodistas y desde su redacción envía un mensaje claro de seguir adelante ejerciendo con responsabilidad, criterio y sensatez. Feliz Día Nacional del Periodista.
NAM
