El presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel, encabezó la Cumbre del G77 + China, que se lleva a cabo en La Habana, en donde recalcó que reunirse en esta cumbre les da la oportunidad de deliberar en conjunto para buscar soluciones para los pueblos, pero también impone cuestionamientos sobre los principios que rigen a la humanidad, que avanza hacia la construcción de una comunidad que trabaja unida, por la paz y el bienestar colectivo.
“Cuenten con que las deliberaciones conduzcan a resultados tangibles, para llegar a la misión colectiva. Este grupo tiene la responsabilidad de mostrar los intereses de la mayoría, conservamos el nombre original, pero somos más”, destacó Díaz-Canel, quien, además, expresó su absoluta convicción “de que no avanzaremos sin las premisas de la solidaridad y cooperación; el logro de estos objetivos van de la mano del conocimiento, la ciencia y la tecnología, hay que romper esas barreras”.
En el contexto de la cumbre, aseveró que la reunión, se realiza en un momento en que el mundo ha alcanzado altos niveles de tecnología, “mismo que si existiera igualdad pudiera dar una vida digna a todas las personas del mundo… El internet ha borrado los límites y ha multiplicado las capacidades de conocimiento. Sin embargo, estas posibilidades no están al alcance de todos”.
“El camino válido es la cooperación, la solidaridad, que se entienda que el progreso es sin exclusiones, donde el dolor y la esperanza de uno sea el dolor y la esperanza de todos”. En tal sentido, exigió, ante el agotamiento de los recursos naturales, un sistema democrático internacional, ya que “los pueblos del sur son los más afectados por el subdesarrollo, somos llamados pobres, en vez de ser naciones empobrecidas”.
En consecuencia, ratificó que los países que integran el G77 tienen “el deber de intentar cambiar las reglas de juego, y solo lo lograremos si trabajamos de manera conjunta, porque en medio del más colosal desarrollo científico y técnico vemos altos niveles de hambruna, niños sin escolarizar o millones sin electricidad”.
“Hay una brecha económica y social existente. Hay una tendencia a patentarlo todo, práctica de las grandes empresas y hace restantes a las economías, lo que limita al desarrollo. Las solicitudes de patentes aumentaron incluso en pandemia, las tecnologías de la salud aumentaron. La brecha de género en la innovación ha crecido”, y ante este escenario, “hay urgencia de rescatar la confianza del ser humano y su actividad creativa; la capacidad es clave para hacer realidad la ciencia y tecnología en el desarrollo sostenible”.
NAM/VTV
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