El escritor Antonio Arraiz fue un notable poeta, novelista, cuentista y ensayista venezolano, durante el siglo XX. Autor de hermosos poemas, regias novelas y sus inconfundibles “Cuentos de Tío Tigre y Tío Conejo” en los que mostraba en un lenguaje para niños su anhelo por la justicia social a través de sus personajes de la fauna tropical que aún le mantienen en el imaginario literario de Venezuela.
Antonio Arraiz nació el 27 de marzo de 1903 en Barquisimeto, Estado Lara. Cursó estudios en el Colegio Católico Alemán, y para 1919 emprendió viaje a los Estados Unidos para formarse como actor y aviador. En 1922 regresó a Venezuela y se dedicó a entrenarse en varios deportes.
Participó en las protestas estudiantiles de 1928 en contra de la dictadura de Juan Vicente Gómez, por cual fue encarcelado en La Rotunda un largo de período de siete años. En 1935, al recobrar su libertad, trabajó por poco tiempo en el diario El Heraldo, fue nuevamente apresado y desterrado hacia Ecuador y Colombia. Al año siguiente cuando regresó a nuestro país, y pasó a ocupar varios cargos en el gobierno de Eleazar López Contreras, entre ellos: Secretario de la Gobernación del Estado Carabobo y en como Ministro Consejero de Venezuela ante la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Sus obras más destacas son: “Áspero” su primer poemario publicado en 1924, aplaudido por romper las tendencias románticas y nativistas que impregnaban esos años; la novela “Los lunares de la Virreina”, escrita en la cárcel y que le valió el Primer Premio del Concursodel Diario La Prensa de Argentina en 1931; la novela que le dio más renombre fue “Puros hombres” de 1938; y sus historias fabuladas de los “Cuentos de Tío Tigre y Tío Conejo” en la década de los cuarenta.
En 1943 participó con Miguel Otero Silva en la fundación del diario El Nacional, y será su director hasta 1948. Tras el derrocamiento de Rómulo Gallegos se vio forzado a exiliarse. Se radica en Estados Unidos hasta su muerte, ocurrida el 16 de septiembre de 1962 en la ciudad de Nueva York.
NAM/Agencias/Pasante Emily Martín
