La celebración del Día del Niño por Nacer busca conmemorar, promover y defender la vida humana desde que ha sido concebida en el vientre de la madre.
El Salvador fue el primer país que decretó una celebración de este tipo en el año 1993, con el nombre de «Día del Derecho a Nacer». Así lo proclamó la Asamblea Legislativa gracias a los esfuerzos del movimiento pro-vida, especialmente a la propuesta de la «Fundación Sí a la Vida» (afiliada a «Vida Humana Internacional»).
Por su parte, el 7 de Diciembre de 1998, el entonces presidente argentino Carlos Saúl Menem, declaró el 25 de marzo «Día del Niño por Nacer».
La fecha fue escogida por ser el día en que los católicos –que constituyen más del 90% de la población del país– celebran la Fiesta de la Anunciación, cuando Jesucristo fue concebido en el seno de María.
La primera celebración oficial del «Día del Niño por Nacer» en Argentina tuvo lugar el 25 de marzo de 1999.
En Chile, a partir de una campaña respaldada por miles de firmas y por varios alcaldes, el 18 de mayo de 1999 la Cámara de Senadores aprobó por unanimidad un proyecto de acuerdo por el que se solicitó al presidente de la república que declarara el 25 de marzo de cada año «Día del Niño Concebido y No Nacido».
El 20 de mayo de 1999, el Congreso de Guatemala declaró el 25 de marzo «Día Nacional del Niño No Nacido». La declaración oficial señaló que, con ello, se esperaba «promover una cultura de vida y de defensa de la vida desde el momento de su concepción».
En agosto de 1999, en el marco del III Encuentro de Políticos y Legisladores de América –celebrado en Buenos Aires–, la primera dama de Costa Rica, Lorena Clara de Rodríguez, anunció la celebración de un día por la vida del no nacido en Costa Rica. El entonces presidente costarricense, Miguel Angel Rodríguez, proclamó el 27 de julio como «Día Nacional de la Vida Antes de Nacer».
En Nicaragua, el presidente de la República, Arnoldo Alemán, promulgó el 25 de enero de 2000 un decreto por el que declaró el 25 de marzo de cada año «Día del Niño por Nacer».
Este decreto reconoció que «el derecho a la vida, inherente a cada uno de los habitantes de la nación y del mundo, constituye el eje principal de los derechos humanos y, por lo tanto, merece la decidida atención del Estado, de sus instituciones y de toda la sociedad».
En República Dominicana se aprobó a principios del 2001 la ley que instituye la celebración, considerando «apropiado y necesario consignar un día al Niño por Nacer, con la finalidad de propiciar la reflexión sobre el importante papel que representa la mujer embarazada en el destino de la humanidad, y el valor de la vida humana que porta en su seno».
Perú es el último país que instituyó por ley la fiesta de la vida. En enero del 2002, el Congreso de la República Peruana declaró el 25 de marzo como «Día del Niño por Nacer».
En Brasil, el diputado Severino Cavalcanti presentó en la Mesa de la Cámara un proyecto de ley para celebrar el 25 de marzo el «Día del Niño No Nacido» o «Día del Niño que ha de Nacer» como medida para crear conciencia sobre la defensa del derecho a la vida desde su concepción. El proyecto aún no ha sido aprobado.
«Día del Niño no Nacido» es el nombre que la fecha recibe en Austria, según acordaron los grupos pro-vida del país.
En Eslovaquia, por tercer año consecutivo, los grupos pro-vida han enviado una carta al Consejo Nacional de la República Eslovaca solicitando que el 25 de marzo se declare como «Día del Niño Concebido».
En el país, desde el 2001 las asociaciones pro-vida organizan la campaña «Hombre desde la Concepción» orientada a difundir la dignidad de la vida de cada hombre con el lema «Para que pueda nacer cada niño».
El día central de la campaña es precisamente el 25 de marzo, una fecha particularmente conocida en Eslovaquia como el «día de la lucha por los derechos humanos» durante el comunismo.
Actualmente, en El Salvador, Uruguay y España grupos de defensa de la vida promueven campañas de recolección de firmas para lograr el reconocimiento de la celebración.