Hoy 23 de enero se cumplen 62 años del fin de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez: quien fuera gobernante entre 1952 y 1958. Caracterizado por un gobierno personalista y no democrático. Este hecho marco un antes y un después en la historia venezolana, resaltando la libertad en contra de la opresión y la exclusión.
Cabe resaltar que fue el coronel Hugo Trejo quien junto con la participación de oficiales de la guarnición de Caracas y Maracay se enfrentaron a Jiménez. Sin embargo, este movimiento fracaso y sus dirigentes fueron apresados por la dictadura. Esto conllevó a una crisis interna dentro de su gobierno, surgieron nuevas insurrecciones, y el movimiento popular se manifestó con más vigor en la lucha contra Pérez Jiménez, incluyéndose más sectores sociales al desacuerdo, como el educativo y el civil.
El 21 de enero de 1958 grupos militares y sectores civiles organizados, respondieron al llamado de huelga general, realizado por la junta patriótica. Al anochecer del día 22, la Marina y la Guarnición de Caracas, se pronunció en contra de la Dictadura. Jiménez no estaba apoyado por la Fuerza armada, lo que conllevó su huida la madrugada del 23 de enero rumbo a Santo Domingo.
Al amanecer del día 23 de 1958 los venezolanos celebran la caída de Marcos Pérez Jiménez, a la vez que protestan por la presencia en la Junta de Gobierno de Casanova y Romero Villate, quienes fueron reconocidos por su apego al perejimenismo, y finalmente fueron obligados a renunciar y ser remplazados el 24 de enero, por dos representantes del gremio empresarial y oligárquico venezolano como son Eugenio Mendoza y Blas Lamberti.
Posteriormente, se amplía el abanico político de la Junta Patriótica con representantes de sectores independientes, ratificándose en su presidencia al periodista Fabricio Ojeda, quien renunciará más tarde por considerar que los objetivos democráticos señalados habían sido confiscados a favor de los intereses dominantes de la oligarquía venezolana en detrimento de los derechos del pueblo venezolano.
De esta manera, inicia un periodo de 40 años de gobierno o el llamado “Puntofijismo”, impidiendo la participación del pueblo venezolano en las decisiones cruciales de la nación, favoreciendo a los sectores dominantes representativos de fuerzas derechistas, quienes lograron establecer un sistema afín a intereses internacionales de compañías y potencias que no permitían la soberanía popular de la gente de bajos recursos, actualmente el Pueblo Venezolano.
NAM/ Agencias
