El 19 de diciembre del año 1825, el Libertador Simón Bolívar, emitió uno de los decretos conservacionistas de mayor relevancia que se haya podido plantear en Suramérica a lo largo del siglo XIX, el Decreto de Chuquisaca.
Bolívar buscaba cultivar con su escrito la sensibilidad por la naturaleza, haciendo muestra de su inclinación por proteger el ambiente y tomar precauciones para su acrecentamiento. Las disposiciones del documento no estaban dirigidas solamente al buen uso y aprovechamiento de las aguas, sino que se extendían a la vegetación y a los suelos por la relación que tienen estos tres recursos con el ciclo hidrológico.
En el escrito el Libertador decreta, que se visiten las vertientes de los ríos, que se observe el curso de ellos y se determinen los lugares por donde puedan conducirse aguas a los terrenos que estén privados de ellas. Que en todos los puntos en que el terreno prometa hacer prosperar una especie de planta mayor cualquiera, se emprenda una plantación reglada a costa del Estado hasta el número de un millón de árboles, prefiriendo los lugares donde haya más necesidad de ellos.
Y por último, que el director general de agricultura proponga al gobierno las ordenanzas que juzgue convenientes a la creación, prosperidad y destino de los bosques en el territorio de la República.
NAM/AGENCIA/PATRICIA NÚÑEZ (PASANTE)