“Aquí hay una oposición representada por el G4 que representa los 4 partidos principales, tradicionales que ganaron la elección parlamentaria del 2015 (…) entonces, nosotros vimos como en la elección parlamentaria del 2020, donde el G4 no participó, se inscribieron alrededor de 14.000 candidatos para competir por 277 curules, obviamente el gobierno adquirió 277 candidatos, y la oposición quedó con 8% de la asamblea y el gobierno con el 92%”.
Eso lo recordó el abogado y director del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) Benigno Alarcón, en una entrevista por Circuito Éxitos, donde expuso los objetivos del Gobierno, oposición y también la situación de la población que ha vivido en medio de ese conflicto durante más de 20 años.
“De cara a esta elección hay una situación parecida, nosotros tenemos 3082 cargos que se van a elegir y se terminan inscribiendo alrededor de 70.000 candidatos, donde el fraccionamiento es mucho más posible”.
Alarcón aseguró que el objetivo del gobierno de Nicolás Maduro «es desplazar a la oposición mayoritaria y lo hace fraccionando a la oposición para convertirse en una mayoría relativa». De esta manera el oficialismo «espera que el 22 de noviembre el mapa este pintado de rojo y decir que ellos siguen siendo mayoría en el territorio nacional».
“En el caso de la oposición -argumenta- mi explicación es que la oposición, en principio no hubiera querido participar, porque no reúne las condiciones; pero se ve presionada dentro de sus propias filas, porque hay líderes municipales y líderes regionales que quieren participar”.
El abogado continuó enfatizando en que las elecciones son lo que dan vida a un partido político «que son maquinarias organizadas para ganar elecciones. Cuando las dejas sin trabajo, mucha gente termina buscando otras plataformas en donde competir”.
Con respecto a los venezolanos, recalcó que la población está en una guerra de incertidumbres adjudicado a un proceso de esta naturaleza que les hace pensar si esta elección podrá producir un cambio o si, por el contrario, termina legitimando a Nicolás Mauro y todo su gabinete.
De igual manera, el abogado insistió en que si la oposición no se une en un solo núcleo, no lograra nada en las elecciones y terminaría atentando incluso con las negociaciones en México, porque el Gobierno podría preguntarse con cuál oposición debe sentarse a discutir “Ahí es donde está el gran debate, pese a que la oposición sabe que estas elecciones juegan en su contra, saben que el objetivo del gobierno es desplazarlos”.
Finalmente, Alarcón dijo: “Esta elección va a servir hacia un cambio o va terminar legitimando al gobierno. Esta elección en particular está diseñada para autocratizar, no digo que no se pueda ir en otra dirección, pero eso significaría una oposición unida que lamentablemente no es lo que estamos viendo hoy. Aquí hay una lucha es por convertirse en líder de la oposición y no por el cambio que el país reclama”.
NAM/Eileen Medina
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