La soledad de tus hijos podría reflejar el tiempo que pasas frente a una pantalla y la poca interacción con ellos. La clave está en el tiempo de calidad que pasas con ellos. Cómo influye tu relación con la tecnología en la vida de tus hijos ¿Has sentido que pasas más tiempo viendo a una pantalla que observando a tus hijos? No hablamos del trabajo sino del tiempo que pasas en casa. Mucho se dice que la tecnología ha erosionado las conexiones humanas y ha promovido el aislamiento social pero sus efectos van más allá de ti.
Las redes sociales permiten que nuestro “yo virtual” siempre esté disponible para involucrarse con otros, la práctica nos puede llevar a aislarnos en la vida real el mismo tiempo. Este poco contacto con tus hijos también puede provocar que desarrollen menos habilidades sociales.
LOS RIESGOS DE SOLEDAD Y AISLAMIENTO
La soledad es una función derivada de necesidades emocionales, que refleja la ausencia de conexiones, no de personas, es por ello que podemos sentirnos solos aunque estemos rodeados por mucha gente. Eso ocurre cuando estás con un grupo de familiares o amigos y la mayoría está más interesada en su teléfono celular, en lugar de interactuar.
No importa cuánto se hayan esforzado por la reunión, si es un cumpleaños, un aniversario u otra cosa, si todos están en el teléfono, habrá alguien que se sienta solo. La soledad también puede derivar del aislamiento, pues no contamos con oportunidades de participar en interacciones sociales con otros, nos sentimos solos finalmente.
UNA GENERACIÓN SOLITARIA
Los preadolescentes que llegaron a esta edad con teléfono en mano, han perdido oportunidades de interacción social, pues sus padres les han cuidado con un teléfono en mano. Si hablamos de bebés y niños, éstos han reflejado la obsesión tecnológica de sus progenitores. No se trata de detener la tecnología, sino de poner más atención a las necesidades de todos, desde niños hasta adultos; los jóvenes de hoy experimentan más soledad por la primera generación que perdió a sus padres o figuras adultas por la tecnología.
Hay mucha tentación, chats, foros de discusión, sitios de compras, juegos en línea, redes sociales y más. Si un niño requiere a un padre o madre que está “revisando el teléfono” es como si estuviera solo aunque el adulto esté en la misma habitación.
Los jóvenes de hoy en día aprenden a depender de la tecnología para mantener el contacto con los amigos en lugar de conversaciones cara a cara o llamadas telefónicas. Así, han aprendido a reducir sus conexiones personales. No solo hay que limitar el tiempo que los niños usan los dispositivos electrónicos, también debemos incluir a los adultos.
¿LA CULPA ES DEL INTERNET?
No. Nos ayuda a “pensar rápido” pero olvidamos los aspectos emocionales de las relaciones. Observamos una imagen de perfil y rápidamente nos damos cuenta de si queremos conocerle más o no.
Olvidamos que las relaciones se construyen con bases emocionales, por las experiencias compartimos, somos nosotros quienes no damos un paso más allá de la pantalla a la vida real.
NAM/ Soy Carmín
