domingo 28 de abril de 2024

¡DESPEJE AQUÍ SUS DUDAS! ¿Es bueno tener fantasías sexuales?

Pensar, inventar, imaginar, idear, tramar… en definitiva: fantasear. Así es como formamos esas recreaciones de contenido sexual que tan placenteras pueden resultarnos y que, a su vez, conforman el escenario perfecto para potenciar al máximo nuestra sexualidad, formando parte esencial de la misma.

Sí, porque sumergirnos en sugerentes fantasías sexuales es algo perfectamente normal  e incluso recomendable, pues nos acompañan ya desde temprana edad por el recorrido de las distintas fases de nuestra vida, progresando continuamente y adaptándose a las circunstancias que nos rodean.

Nuestras propias vivencias van tejiendo y perfilando ese amplio repertorio de emociones y sensaciones que guían las preferencias por las invenciones eróticas de determinada índole, dando lugar a fantasías directamente relacionadas con nuestras experiencias y prioridades.

A continuación, repasaremos las características más importantes al respecto, descubriendo sus entramados y desmontando los mitos y falsas creencias más extendidas sobre esta temática tan desconocida de la que todos hablan.

Ventajas de tener fantasías sexuales

¿Quién dijo que las fantasías sexuales carecían de utilidad? Aquí dónde le vemos, este término en ocasiones considerado jocoso, burlesco e incluso infravalorado tiene amplias ventajas tanto en el terreno erótico como en el personal.

Las fantasías sexuales resultan ser un potente afrodisíaco, capaz de impulsar todas y cada una de las fases de nuestra respuesta sexual, potenciando el placer al máximo exponente.

Así pues, resultan altamente creativas, ofreciendo un gran repertorio de nuevas conductas sexuales y siendo claramente liberadoras del hastío que pueden llegar a provocar unas relaciones rutinarias y aburridas, además de equilibrar situaciones de desajuste de carácter erótico y emocional entre ambos compañeros sexuales.

También da lugar a relaciones mucho más espontáneas y relajadas, liberándose de esta manera de barreras y miedos que restan naturalidad e impiden llevar a cabo encuentros placenteros libres de ansiedades y presiones.

Sin duda, las fantasías sexuales ayudan a conocernos un poco mejor y enriquecen la visón que tenemos acerca de nosotros mismos y de los demás, suponiendo un aprendizaje completo y multidimensional capaz de proporcionarnos una agradable sensación de bienestar.

NAM/María Jiménez Albundio/ Psicóloga-Sexóloga