lunes 17 de junio de 2024

¡DESGARRADOR! Lea aquí el testimonio de una mujer víctima de un «yihad sexual»

La yazidí originaria de Irak, Nadia Murad Basee, estuvo secuestrada por combatientes de Estado Islámico (EI) durante tres meses, en los que sufrió situaciones «inimaginables» como el «yihad sexual».

Murad junto a Lamiya Aji Bashar fueron reconocida por la Unión Europea con el Premio Sájarov a la Libertad de Conciencia por ser «portavoces de las mujeres víctimas de la campaña de violencia sexual» del autodenominado Estado Islámico.

El Estado Islámico atacó a los yazidíes en Sinjar, una región en el norte de Irak, que según el EI son traidores, están ubicados cerca de una montaña del mismo nombre, el 3 de agosto de 2014. Antes de eso habían atacado lugares como Tal Afar, Mosul y otras comunidades tanto chiitas como cristianas, forzando a sus habitantes a abandonar sus hogares.

Nadia segura que ese día, 3.000 hombres, ancianos, niños y discapacitados fueron masacrados por Estado Islámico. Los combatientes los tuvieron cercanos por unos días hasta que pudieron entrar y los acorralaron con la amenaza de que si no se convertían al Islam morirían, explicó.

Nueve de los hermanos de Murad estaban dentro de los 700 hombres que sacaron fuer de la aldea para acribillarlos. Seis de ellos murieron, los otros 3 aunque heridos, lograron escapar.

Por su parte, a ella se la llevaron con otras mujeres. En el grupo había unas 150 niñas, incluyendo tres de sus sobrinas menores. Las dividieron en grupos y las transportaron en autobús hasta Mosul.

Al llegar al cuartel general de Estado Islam en Mosul, encontraron muchas niñas jóvenes, mujeres y menores allí, todas yazidíes. Las habían secuestrado de otras aldeas el día anterior. Se enteró que, cada hora, los hombres de EI llegaban y seleccionaban algunas niñas. Se las llevaban, las violaban y las devolvían después, sospechaba que esa sería su suerte también.

Luego de multiples violaciones y tratos «inhumanos», las retenían por una día o hasta una semana y eran vendidas, donde recibían un trato igual o peor de sus ahora «dueños».

También las llevaron ante su tribunal islámico y las forzaron a convertirse. Nadia estuvo 3 meses con el hombre que se la llevó. Durante ese tiempo pudo hablar con algunos de sus secuestradores.

Nadie intentó escapar, pero eso le costó un castigo que incluía la violación por todos los hombres del complejo.

«Me violaron en grupo. A esa práctica la llaman yihad sexual».

Cuando intentaron venderla nuevamente, Nadia escapó a una familia vecina de su comprador que no era afecta a el Estado Islámico que la ayudó a escapar.

Hoy, Nadia es un símbolo de participación activa en contra de los abusos sexuales por el Estado Islámico.  Ha acudido desde ese momento a instancias internacionales en toda Europa, donde lucha en favor de las niñas que permanecen secuestradas por los extremistas.

«Juro por Dios que todos estamos tan cansados. Ya va un año y medio desde que esto nos pasó. Nos sentimos abandonados por el mundo», dijo con lágrimas.

«A mi madre la mataron. No tengo padre pues el murió hace tiempo. Mi hermano mayor fue como un padre para mí pero también lo mataron», añadió.

«Le pido al mundo que haga algo por nosotros», manifestó Nadia.

NAM/Pasante/María Goncalves/BBC