Los tiempos políticos aceleraron de manera vertiginosa un fuerte cambio en la idiosincracia y cultura social de los venezolanos hacia la democracia y hacia el sistema de vida nacional del país. A pesar de la fuerte polarización política, la desigualdad social y el rápido deterioro del tejido social por los efectos devastadores de la crisis humanitaria causada por la crisis económica inducida desde el Gobierno, la visión colectiva como sentimiento civil gira en torno a evitar que el país se siga desgastando y reduciendo.
Y es que la socióloga y profesora de la Universidad Católica Andrés Bello, Maryclen Stelling, cree que los venezolanos han demostrado en los últimos meses que el país requiere de unidad para hacer frente a la crisis social y económica.
“Yo creo que en la sociedad hay un desgaste de la polarización y ahí surgen de las entrañas de la propia sociedad, fuerzas anti polarizante y espacios donde la gente se está reencontrando, reconociendo como venezolanos y no se está reconociendo como chavista u opositor”, dijo.
Esto implica que, aunque la correlación de fuerzas políticas en el seno del poder, en sus dos campos de acción partidista e ideológica (chavismo y oposición / Maduro y Guaidó) se encuentre cada vez más tensada, la correlación de la dinámica social en la población civil ha bajado sus decibelios, pues ha aflorado una idiosincracia basada en la subsistencia humana más allá de la configuración política en la sociedad venezolana.
De acuerdo con el comportamiento que ha tenido la sociedad en el campo de la política, Stelling sostiene que se ha demostrado que es necesario la integración nacional para abordar la problemática.
En una entrevista en Unión Radio, explicó que la dolarización de la economía venezolana ha sido un factor de “distracción” de la política, haciendo que la población retome otras actividades.
“Esos sectores dolarizados de alguna manera se han distraído del combate político y de la verdadera realidad, para el país no es sano porque hay una importante franja poblacional que ya no está pensando en Venezuela sino en su propio beneficio”, dijo.
Este es un elemento crucial de la compleja realidad venezolana, pues está configurado y basado en el predominio de los intereses de monopolios empresariales, comerciales y políticos en el lucro financiero, dejando de lado la reestructuración y recuperación de las condiciones básicas y esenciales del sistema de vida en Venezuela.
De hecho, la crisis generó una fuerte concentración de capitales ante la reducción y destrucción de los pilares de la economía venezolana, lo cual exacerbó el fenómeno endémico de la corrupción y socavó las bases morales-éticas de esta sociedad.
Stelling reconoció que a pesar de que este fenómeno ha afectado la actividad política también ha generado grandes expectativas en diversos sectores. Y esto se debe a la oportunidad de expansión y poder financiero que ha significado para muchos grupos empresariales y sociales la agresiva mutación que ha sufrido la economía del país.
Ricardo Serrano
