jueves 9 de mayo de 2024

¡CRISIS GERENCIAL! José Manuel Olivares: El sector más corrupto en Venezuela es el de la salud

El sector de la salud en Venezuela es uno de los más afectados por la crisis que aqueja a este país, tanto por los bajos salarios como por la falta de insumos médicos.

Trabajadores del sector han realizado protestas desde hace más de tres meses para exigir mejores salarios y condiciones de trabajo dignas, en oposición a las medidas económicas del presidente Nicolás Maduro.

El diputado de la Asamblea Nacional (AN) por el estado Vargas, José Manuel Olivares, quien además es médico oncólogo, lideró iniciativas como la ley para reactivar el aporte económico del Estado y permitir la ayuda humanitaria internacional. Olivares habló con El Tiempo.

¿Cuál es la realidad del sistema de salud venezolano?

«No podemos salir de la definición de crisis humanitaria cuando hay un sistema de salud donde todos los hospitales tienen pacientes en espera, es decir, dejas de ser María Rodríguez con cáncer de mama para convertirte en la paciente número 425 con cáncer. Hoy en día mueren pacientes en Venezuela no por la enfermedad, sino porque no hay capacidad de respuesta».

¿Qué efectividad tienen las políticas de salud del Gobierno?

«Ninguna. El sector más corrupto en Venezuela es el sector salud, gracias a que el gobierno creó un sistema paralelo. Prometieron desde 2007 construir 14 hospitales tipo 4, especializados o universitarios, pero creo que construyeron uno, el cardiológico infantil, el cual tiene niños en la cartera, en espera de atención, y es muy dramático.»

«En Venezuela se debían operar 2.500 niños con problemas cardiovasculares, pero el año pasado nada más se operaron 235. ¿Qué fue de los más de 2.200 niños que no se pudieron operar? Probablemente perdieron la vida por el colapso del sistema».

Entonces, ¿qué opción tienen los enfermos?

«Ahora hay algo que se debe denunciar con fuerza, que es el carné de la patria. Si usted quiere acudir a medicinas de las farmacias de alto costo del Seguro Social, usted debe tener el carné de la patria, y si no lo tiene, como es mi caso porque no tengo ninguna filiación política con el partido de gobierno, no tenemos derecho a adquirir medicamentos».

«Esa segregación que hace el gobierno con el carné o al estratificar a la población según su ideología política es algo que hace mucho daño a los ciudadanos, al sistema de salud y a los que al final no tienen una palanca en la administración.

¿Cómo explicar que Venezuela, con las reservas petroleras más grandes del mundo, tenga un sistema de salud tan precario?

«Lamentablemente, tenemos un gobierno de ladrones. Estamos hablando de que en Venezuela producimos 1,4 millones de barriles de petróleo diarios; eso es una fortuna, pero no se invierte en el país, sino en lo que conocemos como los burgueses, que es esa nueva clase de millonarios».

«Muchos de ellos están en Colombia, otros tienen cuentas en Andorra, otros están millonarios en EE UU. Una corrupción que hizo disminuir la inversión, y la poca que se hizo fue de mala calidad. Los hospitales tienen por lo menos 30 presupuestos adicionales aprobados desde la Asamblea Nacional pasada».

¿Cuáles son las razones que tiene Maduro para negar la crisis sanitaria?

«Es una mezcla de muchas cosas. Primero, de soberbia; segundo, de legitimidad internacional. Es un gobierno que no quiere darle la razón al mundo en cuanto a la crisis de la salud y a la migración».

«Además, hay un tema de pericia y maldad que va más allá de su ideología política; y, sin duda, es un gobierno que, aunque se mantiene gracias a las fuerzas armadas, perdió toda legitimidad popular. El reconocer el fracaso de una de sus banderas, como la de la salud, sería un revés a las pocas bases que le quedan».

¿Se podría agravar la crisis de la salud?

«Sin duda, cada día que pasa va a ser peor. Ya en Venezuela mueren niños con problemas cardiovasculares, mujeres con cáncer de mama y adultos por infartos. Somos el país que más amputa, el que tiene mayor mortalidad por cáncer y por enfermedades cardiovasculares. Somos los peores en todos los indicadores».

«Lo peor que le puede pasar a un sistema de salud es que se mueran los pacientes, y ya está ocurriendo. Cada día se deteriora el sistema; se irán más médicos, habrá menos gente que pague los tratamientos».

¿Cómo se podría recuperar Venezuela de la crisis de la salud?

«Ya tenemos muchos proyectos avanzados con los venezolanos dentro y fuera del país, con universidades y con organismos internacionales que nos permiten iniciar unas fases de urgencia y unas fases de estabilización. Podría decir que en dos años, Venezuela tendría un sistema de salud estable, en el que se hubiera superado la urgencia con la ayuda internacional, pero mientras esté Nicolás Maduro en el poder es imposible».

¿Cómo ve a la oposición?

«Es una crisis en torno a la ruta para lograr el cambio, hay una oposición que quiere y está convencida de que es fundamental la salida de Maduro del poder, pero no logra ponerse de acuerdo en cuál es el mecanismo».

¿Qué está pasando con el diputado preso Juan Requesens?

«Muy duro para mí en lo personal porque somos amigos. Parte de que yo pueda estar aquí es gracias al diputado Requesens. En Venezuela no hay Estado de derecho; Requesens está secuestrado, no va a gozar de ninguna garantía judicial. Probablemente ellos lo van a condenar el tiempo que sea o, peor aún, lo van a utilizar como una ficha de cambio, como ha hecho el gobierno en otras ocasiones».

¿Teme que, estando fuera del país, su lucha no tenga el mismo efecto?

«Sin duda que da miedo perder el día a día, la conexión con la gente y la actividad hospitalaria, pero son decisiones de vida. Espero volver. Yo no tengo un exilio formal, estoy acá es por la persecución a mi familia».

«Al final tenía que preservarlos o seguir luchando. Son decisiones complicadas que me van a perseguir toda mi vida; no puedo saber cuál es la correcta, pero yo escogí esta para buscar un nuevo espacio de lucha. Le he dedicado a la política venezolana los mejores años de mi vida, pues llevo en esto desde el 2007; soy uno de los diputados más jóvenes del país, y sin duda que da miedo, pero al final son etapas que toca vivir».