martes 25 de junio de 2024

Confesiones de una ninfómana menopáusica

Sola, menopáusica y ninfómana. La vida de Laurett Fenn iba camino a convertirse en un infierno de huesos quebradizos, sofocos, sudores incontrolados y atrofia vaginal. Sin embargo, un día Laurett decidió que no, que no le agradaba la idea de un futuro sin placer carnal, que no se imaginaba esperando a pasar su retiro seca, jugando a las cartas y tomando pequeños sorbitos de té verde con las uñas pintadas de un rojo escandaloso, abdicando de esa oleada de deseo que aún sentía dentro.

Laurett se descargó Tinder, Happn y Bumble y decidió recuperar su vida social, acabar con el sentimiento de la vejez constantemente acechando tras la puerta y poner fin a la abstinencia sexual.

Su experiencia, fue más que gratificante.Tanto que Laurett ha decidido compartirla con todos en una columna publicada en el medio británico The Guardian.

A continuación te dejamos algunos de los fragmentos más destacados de un texto que arroja luz sobre la situación y las necesidades de miles de personas mayores, y de las que rara vez se habla.

“Después de cuatro años de fidelidad sin sexo, me siento como un producto posmenopáusico en la agonía de la ninfomanía. Quiero más sexo que nunca. Dime que mi vagina es un desierto y yo te diré que se siente como un oasis rojizo”.