El primer ministro japonés declaró el miércoles en el Foro Económico de Davos que el letargo económico de China, los líos con el Brexit y las disputas comerciales entre Estados Unidos y China amenazan a la economía mundial.
El jefe de gobierno, Shinzo Abe, opinó además que la Organización Mundial de Comercio está “desfasada” y urgida de reformas estructurales para que pueda resolver las disputas comerciales.
Abe aprovechó su retorno a Davos después de cinco años para alabar las ventajas de dos “mega-acuerdos” comerciales: el de la Cuenca del Pacífico y el que forjó Japón con la Unión Europea, en momentos en que el populismo y el aislacionismo han surgido como reacción a la globalización.
“La economía mundial está mejorando gradual y moderadamente. Creo que no cabe duda de que esto está ocurriendo”, expresó el gobernante japonés. “Sin embargo, hay riesgos a nivel mundial. La fricción entre Estados Unidos y China en el tema comercial es uno de esos riesgos y Japón ha reiterado que las medidas comerciales punitivas y restrictivas no rendirán beneficio alguno”.
Expresó que la OMC necesita cambios a fin de crear un sistema comercial que proteja la propiedad intelectual, en una velada alusión a China, acusada por otros países de violar normas comerciales y robar la propiedad intelectual de empresas occidentales.
“Están ocurriendo cambios de gran envergadura y la OMC está rezagada, no está al paso de los tiempos”, dijo Abe en una breve sesión de preguntas y respuestas con el organizador del foro. “Tenemos que transformar a la OMC para que sea una institución más confiable, tenemos que reformarla”.
La alocución de Abe y otra programada para más tarde de la canciller alemana Angela Merkel son interpretadas como una ofensiva verbal por parte de líderes partidarios del internacionalismo. El día anterior hablaron el presidente de Brasil Jair Bolsonaro y el secretario de Estado de Estados Unidos Mike Pompeo, cuyos gobiernos se orientan más a defender sus propios intereses.
Otros líderes como los de Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia no pudieron asistir al cónclave debido a crisis internas. En Estados Unidos, el presidente Donald Trump está en medio de una paralización del gobierno; en Gran Bretaña la primera ministra Theresa May enfrenta una tormenta política por el Brexit y en Francia el presidente Emmanuel Macron se enfrenta a una ola de protestas callejeras.
NAM/AP