viernes 3 de mayo de 2024

¿CAMBIARÁ EL ROL? La inteligencia artificial, el nuevo reto a superar para los profesores universitarios

Con la inclusión de la inteligencia artificial se está analizando el alcance de esta tecnología en distintas áreas como la educación. Particularmente en las universidades, donde se forman a los profesionales del mañana, las instituciones han tenido que responder ante nuevas herramientas que generan textos, fotos y videos con solo un “prompt” o indicación.

Representantes de universidades de Latinoamérica como la Universidad de los Andes (Colombia), Universidad Nacional Autónoma de México (México) y Universidad de Lima (Perú), hablaron sobre cómo esta nueva tecnología generativa ha supuesto un reto para los maestros e instituciones.

Si bien esto no representa una visión regional de la educación en el resto de países de Latinoamérica, sí pueden ayudar a identificar cuáles son los retos que deben superar estas instituciones para mantenerse a la vanguardia y conservar la vigencia de los contenidos que ofrecen en cada uno de sus cursos.

Debido a que básicamente las herramientas de inteligencia artificial permiten que un alumno pueda generar textos complejos en segundos, también se ha convertido en un instrumento con el que se puede hacer “trampa” en el desarrollo de un trabajo que, se supone, que está diseñado para que utilice lo aprendido en clase como recurso.

Ante esta problemática, Harold Castro, director de transformación digital de la Universidad de los Andes, afirmó que estas situaciones han sido un inconveniente incluso desde antes del desarrollo de la inteligencia artificial, por lo que se busca prevenir estas situaciones por medio de la guía de los docentes y “no solo en detectar porque eso es muy tarde. (…) El estudiante debe entender el valor de lo que hace y que su aporte a la sociedad depende de lo que haga durante su educación”.

Castro afirmó que el enfoque reactivo de sancionar a los alumnos que aplican esta tecnología es similar al rol de un policía. “Yo tengo más educadores que policías. Educar a la gente a que haga lo correcto es un enfoque mucho más proactivo”, afirmó.

Por su parte Juan Carlos García, decano de la facultad de comunicaciones de la Universidad de Lima, aseguró que si bien la inteligencia artificial pone el plagio aún más al alcance de los alumnos, será la figura del maestro o maestra la que ejerza un rol de guía.

“Será importante incidir en los valores éticos para indicar al estudiante que si esta acción (el plagio) por medio de la inteligencia artificial lo hace también en su trabajo, puede ser despedido y puede quedar marcado (…)”, dijo a Infobae.

Según García, en el caso de cursos como los talleres, los docentes deberán estar más presentes en el proceso de desarrollo de las tareas que se le asigne a cada alumno y que realice preguntas en diferentes etapas del trabajo, de forma que pueda estar pendiente de cuánto sabe de su trabajo, qué desea lograr y sobre todo medir las capacidades del estudiante.

“Había alumnos que se ausentaban por semanas y que luego presentan un proyecto brillante. Ahí se generan dudas. El profesor debe ver más el día a día del estudiante”, aseguró.

La revolución generada por la inclusión de la inteligencia artificial también generó que incluso personalidades mundialmente conocidas que apoyen el uso de esta tecnología, como es el caso de Bill Gates, asegure que, al menos en niveles básicos de la educación, los sistemas de IA podrían ser tan buenos tutores como un humano real.

Esta afirmación, para la doctora Helena Gómez, investigadora del Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y Sistemas (IIMAS) de la UNAM, una de las universidades más destacadas de México, es errónea y la considera inaplicable a nivel de Latinoamérica.

“Cuando salió Google muchos decían que todo se podía encontrar y la universidad era obsoleta, pero no fue así y tampoco ocurrirá con ChatGPT. La inteligencia artificial no podrá reemplazar el conocimiento que se pueda adquirir en las aulas de forma presencial”, aseguró Gómez, quien además aseguró que la figura del maestro deberá ser de guía para que los estudiantes aprendan a usar estas herramientas sin depender de ellas, pues corren el riesgo de utilizar datos incorrectos, desactualizados o que no sean reales en absoluto.

Según la investigadora, uno de los problemas cruciales a los que tendría que enfrentarse este tipo de iniciativas sería la diferencia de acceso a internet de banda ancha. Según un estudio realizado por la empresa GSMA, dedicada al desarrollo en tecnología móvil, indicó que hasta el año 2021, al menos para conectividad móvil en Latinoamérica era de 62% de conectados frente al 38% entre aquellos que tienen problemas de acceso y los que no pueden utilizar internet en absoluto.

En todos los casos, tanto la Universidad de los Andes, Universidad de Lima y la UNAM coinciden en que se ha iniciado un proceso de involucramiento de la inteligencia artificial en el proceso de enseñanza, aunque no solo para los alumnos, sino también para los profesores, quienes son finalmente quienes transmiten el conocimiento durante las clases.

En ese sentido, la universidad colombiana y la de Perú han establecido una posición clara: los docentes serán quienes utilicen o referencien el uso de la inteligencia artificial en las clases, aunque en el caso peruano, eso se hizo de forma obligatoria al inicio de todas las sesiones de aprendizaje para establecer que el profesor o profesora es consciente de los recursos que ofrecen estos sistemas digitales.

La Universidad de los Andes y la UNAM, por su parte, coinciden en que corresponde a cada profesor el uso voluntario de estas herramientas. El profesor Castro indicó que este ejercicio es útil pues “tenemos que encontrar la manera de hacerla parte de los procesos de enseñanza y aprendizaje del día a día para que su uso sea el correcto y que la relación entre la inteligencia humana y la artificial sea potenciada”

Para García, el uso de la inteligencia artificial podría integrarse a las aulas solo si los profesores aceptan cambiar sus métodos de enseñanza. “Los profesores que solo dictan ya no pueden existir”, aseguró, pues para evitar basar el aprendizajes en datos que la inteligencia artificial podría presentar de forma errónea, se debe alimentar el pensamiento crítico del alumno.

NAM/Infobae

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