El slugger Miguel Cabrera no busca sumar extrabases, al menos no por estos días, en los que da sus primeros batazos en casi un mes, y explicó en Detroit que su objetivo inicial, tras recuperar la salud, ha sido tratar de poner la pelota en juego y embasarse.
El toletero venezolano que ha dado más jonrones en la historia de las Grandes Ligas llegó al duelo del martes con una cadena de cinco juegos dando imparables, todos los disputados desde que se recuperó de molestias en una corva, la cadera y la espalda.
El aragüeño salió el viernes de la lista de incapacitados y comenzó la seguidilla ese mismo día. Dio sencillos hasta el domingo y el lunes agregó un tubey en cada uno de los encuentros de la doble cartelera contra los Yanquis.
“Quise empezar lento”, aseguró el inicialista de los Tigres a la cadena FOX Sports Detroit. “La idea es ver mi lanzamiento ideal, tratar de pelear los turnos, hacer todo lo que puedo para embasarme y ayudar al equipo a ganar”.
Cabrera pasó casi un mes fuera del roster, tras sufrir un tirón en la corva izquierda. Luego de la doble tanda, quedó con promedios de .315/.398/.495, con 22 empujadas en 31 encuentros. Ocuparía la décima plaza entre los bateadores de la Liga Americana, con ese average, si tuviera suficientes apariciones legales.
Ni sus números ni su experiencia impidieron que el corazón le saltara cuando por fin volvió.
“Siempre digo que cuando no sientas nervios, es porque ya es la hora de irse a casa”, sostuvo. “Me gusta sentir mariposas en el estómago, me gusta sentirme nervioso antes del compromiso. Pero todo cambia cuando comienza el juego”.
NAM/El Nacional
