Regresó la Bundesliga alemana, una competición que se caracteriza porque, temporada a temporada, se incrementa el poderío de uno sobre el resto. Y, mientras eso ocurre, son cada vez menos las posibilidades de los plebeyos quitarle la corona al rey.
Con goles de Thomas Müller, Robert Lewandowski y Arjen Robben, el Bayern Múnich derrotó 3-1 al Hoffenhein en el partido inaugural de la Primera División del balompié alemán. Por el visitante anotó Ádám Szalai, en un partido donde el resultado termina explicándose desde la diferencia individual entre un equipo y otro más no en lo que ocurrió en el terreno de juego.
Muchos goles, poco juego
En el debut de Niko Kovac, el Bayern Múnich no mostró una versión positiva desde el juego. Posesiones muy lineales, poca movilidad de receptores para generar superiores y sin variantes ante el repliegue rival. Al mismo tiempo sufrió demasiado cuando el Hoffenhein lograba batir líneas de presión. Pero, como es habitual, la diferencia individual entre equipos terminó decantando el resultado para el lado local.
En la primera mitad, el Bayern Múnich mostró muy buenos pasajes de juego aprovechando los metros que le dejaba el rival en campo propio para poder avanzar paulatinamente en el terreno de juego. Por otro lado, en la segunda parte, Hoffenheim mejoró, descifró la presión contraria y encontró espacios a las espaldas de los defensores. En los últimos metros, fueron las estrellas que terminaron inclinando la balanza para el lado del «Gigante de Baviera».
La Bundesliga comenzó y no parece que existan grandes cambios en cuanto al desarrollo de la competencia. Mientras que el Bayern Múnich siga teniendo una plantilla tan superior a sus rivales, no existe equipo que le pueda quitar la corona alemana. Hoy, ante un rival fuerte y que jugó muy bien, lo terminó derrotando por el peso de los Robben, Müller, Thiago y Lewandowski.
NAM
