Todo venía funcionando bien. Desde diciembre del año pasado, la gasolina ya no era tema de preocupación. Los maracaiberos ya se habían adecuado a los nuevos precios del combustible, acostumbrándose a ahorrarlo y a surtir con relativa normalidad en las distintas estaciones de servicios, pero…
Las estaciones llamadas subsidiadas, es decir, en las que solo pagabas una tarifa mínima por surtir de combustible, poco a poco fueron dejando de recibir despacho y la gente ya estaba clara de que toda la ciudad sería dolarizada y la población, no solo lo aceptó, sino que lo hizo con agrado porque “por fin se había acabado las colas”, pues no. Desde la semana anterior al 25 de diciembre de este mismo año 2022, de nuevo el martirio de las colas de gasolina en las bombas, incluso con pernocta, es el pan de cada día en Maracaibo, San Francisco y toda la entidad.
“Gasolina hay, aquí lo que se está imponiendo es la maraña pa’ que los policías cobren y todos los vinculados reciban su ‘aguinaldo’ a expensas de uno que es el que se jod….en esta lavativa haciendo colas, son humillantes estas colas, martirizando a uno, escoñ…le la navidad a uno”, se quejó duro Juan Carlos Baralt, uno de los “colistas” en Lago Pista.
Sobre el problema del despacho nadie dice nada. Ni PDVSA, ni los operadores de las estaciones, ni la policía, ni el gobernador, ni el alcalde, nadie, como si eso formara parte de la normalidad, de la realidad más real, sencillamente, o están racionando (acaparando) el combustible, o hay un problema por ahí de impago “no se sabe de quién” pero, es lo que se oye en el país de los rumores.
Basura y mosca a borbotones
Otra calamidad que parecía haberse resuelto a nivel de Maracaibo, al menos un porcentaje aceptable era el de la recolección de basura. Solo con resolver bien ese problema, ya los maracaiberos aprobaron la gestión de Rafael Ramírez al frente de la municipalidad.
Entendiendo que la gente sabe que existen otros servicios pésimos como el transporte, el agua, la vialidad, incluida en ella la semaforización, los botes de aguas servidas, etc, la gente estaba feliz con la recolección de basura, adecuados ya al cronograma semanal por parroquia y todo aquello.
Pero, desde el 22 de diciembre hasta hoy (26 de diciembre de 2022) el basurero y el mosquero en cada esquina de la ciudad para los pelos y nos hace recordar la Maracaibo que recibió el nuevo alcalde; una ciudad arropada, tragada por la basura.
Allí, el tema parece también ser un problema de impago. La municipalidad cancela 30 dólares a cada camionero –contratistas privadas- por cada viaje al botadero. Pero, ya ha habido quejas de algunas de estas contratistas de que no les están cancelando a tiempo y se nota cuando el servicio comienza a fallar.
En algunos residenciales, el Aseo Urbano ha pasado con regularidad a recoger la basura el día que se dispuso para tal fin, pero la mayoría de los sectores se quejan de que el aseo no está pasando como antes, que la regularidad en el servicio está fallando y que la gente acumula basura en los frentes de sus casas sin necesidad.
Peor es el escenario que muestran las principales avenidas, que eran los centros de transferencia o de botadero improvisado de basura. Contenedores atestados, abarrotados de cuanto desperdicio existe todo mezclado y en cantidades alarmantes que hacen ver a la ciudad como la más sucia del país.
¿Qué está pasando con el servicio de aseo urbano? ¿Se agotó el modelo? ¿No pudieron con el casa por casa?
Cambiar el modelo es imperativo
Propuestas ha habido. Desde que Rafael Ramírez asumió la alcaldía, se le ha presentado, incluso públicamente, propuestas vanguardistas para cambiar el modelo de gestión en materia de desechos sólidos y reciclaje.
Modelos que ya funcionan, incluso en ciudades de países vecinos de la misma región, por no decir que son un éxito en Europa.
Se propuso los centros de recolección con plantas incineradoras ubicadas estratégicamente para dar un tratamiento verdaderamente eficiente a la basura e incluso generar recursos con ese tratamiento.
Se habló también de estaciones de transferencias, donde los camiones recolectores pasarían, recogieran y vertieran. Estas estaciones de transferencias también incluían plantas de reciclaje.
Se dijo ene veces que el modelo de gestión basado en la recolección casa por casa era insostenible en una ciudad donde necesitas no menos de 200 camiones para cubrirla toda, pero, además representa un doble gasto, no solo en combustible para los camiones que deben efectuar varios viajes al día al vertedero, sino repuestos y pago al personal.
Nadie atendió estas propuestas y estas advertencias y parece que la basura se tragó a la gestión municipal.
El caso es que de nuevo el maracaibero, cuando ya venía alentado, con la moral alta, con la felicidad de que todo “se estaba encaminando” hacia los cánones normales de una ciudad que bien ofrece buenos servicios a sus habitantes, ahora nuevamente lo someten a colas miserables de gasolina y vivir en una ciudad sucia, cochina, full de mosca y atestada de basura. ¡Qué suerte pa’ la desgracia!
NAM/Comunidades/Fotos: Cortesía
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