viernes 19 de abril de 2024

¡ATENTOS, CUIDADO CON LOS NIÑOS Y EL COVID-19! Especialista desmenuza crisis de salud infantil en aumento derivadada de la pandemia

Ya no hay que confiarse con la tesis de que el COVID-19 no ataca a los niños o que estos son inmunes y menos propensos a sufrir por la pandemia; la salud del niño está sometida a riesgos diferentes, pues involucra lo nutricional, la seguridad y educación, es decir, está en un entorno multifactorial y ante una pandemia que ha mutado tanto y que en tanto avanza, se hace más impredecible, hay que tener en cuenta el alto riesgo que ahora supone para los pequeños.

De acuerdo con reportes médicos, este año 2021, la pandemia y sus mutaciones han tenido efectos negativos sobre la salud infantil, asegura el médico pediatra y subdirector de Docencia del Hospital Central de San Cristóbal, Dr. Marco Labrador.

En tal sentido, explicó que ha aumentado algunos riesgos que antes no tenían; entonces, la pandemia se ha convertido en un enemigo invisible o no declarado para la salud, por cuatro factores, que se detallan a seguir.

  1. Diagnóstico tardío

Según el doctor Labrador, el primero de ellos es que muchas enfermedades están siendo diagnosticadas de manera tardía.

Algunos niños con enfermedades respiratorias, tos, moco, fiebre, no son llevados a las emergencias o consultas de manera temprana, ante el miedo y terror que produce estar en un consultorio u hospital, en donde probablemente hay casos de coronavirus.

Lo mismo sucede con las enfermedades diarreicas, que dejan avanzar en casa, tratando de evitar sacar al niño a un hospital.

El diagnóstico tardío es un enemigo invisible, consecuencia de este temor que produce la pandemia.

  1. No se atienden las enfermedades crónicas

Otro problema que ha tenido la salud del niño es la no atención rutinaria a las enfermedades crónicas, por ejemplo, las consultas de fisiatría no están funcionando a todo nivel y, por lo tanto, aquellos niños que tienen problemas con su neurodesarrollo, retardo en alguna dificultad motora, no están siendo atendidos.

Lo mismo pasa con la estimulación temprana que se hace en los centros de desarrollo infantil que están cerrados porque, al pertenecer al Ministerio de Educación, no están funcionando por completo y entonces muchos recién nacidos que vienen al mundo con dificultades respiratorias, traumatismo obstétrico, algún indicio de lesión neurológica, no son llevados a consulta médica para minimizar ese daño y las consecuencias se van ver más tarde.

Labrador advierte que “a esto debe sumarse que no se está vacunando igual y esto es un terrible problema para la salud integral del niño”.

“La pandemia –prosiguió- ha modificado mucho el plan de atención médica a los niños y ha modificado también el tipo de enfermedades que han sido reportadas.

  1. Cambios en la salud

Al mismo tiempo, recordó que en 1995 el pediatra Alberto Zambrano publicó un folleto llamado “De qué se enferman nuestros niños”, donde enumeraba diez primeras causas: el 45 % correspondía a infecciones respiratorias y el 20% a cuadros virales, donde incluía las eruptivas virales, dengue, paludismo, y una cuarta parte estaba repartida entre enfermedades diarreicas y asma.

Revisando unas estadísticas del 2021, publicadas por la Sociedad, Venezolana de Pediatría, pero con datos del 2013, la infección respiratoria aguda ocupaba el primer lugar, en el segundo puesto estaba la enfermedad diarreica y en el tercero la fiebre, como enfermedad viral.

Eso “supone un mal antecedente ante las defensas contra la pandemia y la necesidad de reforzar la capacidad inmunológica en los menores”.

  1. Sorpresa por otra enfermedad

Se asombró un poco el doctor Labrador al consultar con la jefa del servicio de Emergencia Pediátrica, la doctora Alicia Pimentel, quien le dijo que la primera causa, en ese centro asistencial, era la infección respiratoria aguda, y la segunda, la enfermedad diarreica, pero aparece una tercera causa que antes no se observaba, los traumatismos pediátricos.

“Hablar de infección respiratoria aguda pudiera ser fácilmente explicable, por la condición climática, detalla Labrador, pues todos saben que cuando llega el invierno aumentan los resfríos, que pueden complicarse en pacientes con problemas de desnutrición, mala nutrición, y se convierten en neumonía, bronquitis”.

“Pero hay que agregar -acotó- que hay pocas vacunas, al no tener producto biológico para la tosferina, neumococo, y entonces esto no beneficia al niño y hay que agregar que, si no hay acceso al gas doméstico, se cocina con leña, palos, carbón, lo cual aumenta la cantidad de humo en la casa y esto es uno de los factores para la infección respiratoria”.

“Igual sucede con la enfermedad diarreica -explicó-, porque no se tiene prevención. Al no tener gas en la cocina, no se está hirviendo el agua de consumo y se sabe que la enfermedad diarreica, la llamada enfermedad hídrica, se trasmite a través de agua o de los alimentos mal procesados”.

A un lado la lactancia materna

“A esto hay que añadir, dijo el doctor Labrador, la necesidad de iniciar la alimentación muy temprana en los niños menores de un año, porque la mamá tiene que salir a trabajar y abandona la lactancia materna exclusiva, que es la medida preventiva más importante”.

Advirtió que la gente no está asistiendo a las consultas y, ante ello, en Táchira, como en otras regiones Corposalud y similares están incrementando las jornadas solidarias tratando de llevar la atención a las comunidades, porque estas no van a los ambulatorios.

Traumatismo pediátrico

También llaman la atención, como tercera causa de enfermedad en los niños, los traumatismos por accidentes en el hogar.

“Estamos en una situación que es producto de la pandemia, donde se están cambiando los hábitos saludables de vida y entonces se presenta el horario, donde los niños se acuestan tarde, se levantan tarde, están en la casa, hacinados, recluidos de manera involuntaria y forzada, y esto despierta un estrés psicoemocional.  Ya se sabe que hay suicidios de adolescentes, recientemente reportados en Venezuela y eso hay que estudiarlo muy bien, porque pudieran estar asociados a estos nuevos hábitos y a la incapacidad adaptativa”.

Los niños que tienen problemas de trastornos de hiperactividad, en este encierro van incrementando su hiperactividad, están desatados dentro de la casa, y en ese encierro, que no comprenden, empieza el estrés de los padres y de los cuidadores y terminan provocando maltrato infantil, alertó el médico sobre esta situación que también se ha incrementado.

Expresó que muchos de esos traumatismos son maltratos infantiles o también accidentes en el hogar, porque los niños están hastiados de ese hacinamiento, inventan y, dentro de esos inventos, se producen las caídas, peleas y todo lo que tiene que ver con maltratos en la casa.

Consecuencias que preocupan

Hay muchos males por esta pandemia que alteran la salud del niño, la salud psicoemocional, que es algo que no se está valorando de manera profunda y las consecuencias se van a ver cuándo se retorne a la normalidad.

Los niños se están enfermando del cuerpo, pero también de la psiquis, y eso forma parte de la salud integral de los niños, alertó el médico.

Señaló, como ejemplo, a los niños que no han ido a su escuela, que terminaron el año escolar y no conocieron a su profesora, que durante el año no supieron de sus compañeros de estudio, lo cual es un daño emocional irreversible en el niño.

“Como dijo un filósofo, los niños necesitan estar con su manada, con sus amigos, compañeros de estudio y grupo, para compartir, aprender”, argumentó.

Concluyó afirmando que la pandemia ha precarizado mucho la atención en salud. No hay en salud la calidad que se debe tener, porque las restricciones impiden pasar consultas, hacer cirugías electivas, tener los ambulatorios abiertos para que la gente acuda; “esto es un grave problema”.

NAM/Con información del diario La Nación