Cinco presuntos insurgentes del grupo Abu Sayyaf acusados de participar en el letal atentado contra una catedral católica en el sur de Filipinas se entregaron a las autoridades, dijo el lunes el jede de la policía nacional.
Los cinco serán acusados de asesinato e intento de asesinato por su papel en el ataque del 27 de enero en la catedral de Nuestra Señora del Monte Carmelo en Jolo, en la provincia de Sulu, explicó el director general de la policía, Oscar Albayalde. Las bombas causaron 23 muertos y alrededor de 100 heridos.
La policía dijo que el ataque fue ejecutado por dos suicidas indonesios. Las autoridades señalaron que los sospechosos detenidos acompañaron a los indonesios por Jolo y a una reunión con Hatib Hajan Sawadjaan, un comandante de Abu Sayyaf que fue acusado de planear y financiar el ataque.
De acuerdo con la policía, los cinco sospechosos estaban liderados por un presunto insurgente local identificado como Kammah Pae, quien niega cualquier implicación con lo ocurrido.
El ataque renovó el miedo al terrorismo en toda Filipinas: la policía nacional está en alerta máxima y se reforzó la seguridad en iglesias, centros comerciales y otras zonas públicas. El presidente Rodrigo Duterte ordenó a las tropas que destruyan a Abu Sayyaf, lo que provocó una renovada ofensiva en el sur con bombardeos aéreos y balaceras.
El ataque puso de manifiesto además la preocupación porque el grupo extremista Estado Islámico pueda estar asentándose en el Sudeste Asiático tras sufrir importantes derrotas en Siria e Irak. Insurgentes locales alineados con la milicia radical ya lideraron en 2017 el sitio a la ciudad sureña de Marawi durante cinco meses antes de ser derrotados por la policía.
NAM/AP
