El cacao del Sur del Lago de Maracaibo, conocido por su distintivo aroma a vainilla, caramelo, nuez tostada y malta, es la esencia de Cumboto, un chocolate artesanal que resuena con la historia y la cultura de la región. Con una producción que combina tradición y calidad, este manjar se elabora exclusivamente en Maracaibo y busca mantener viva la herencia de la africanidad cimarrona que forma parte del acervo zuliano.
Según Ángel Villalobos, responsable de la siembra y producción, el cacao pasa por un meticuloso proceso antes de transformarse en chocolate. “La semilla vive tres momentos: cosecha, beneficio y traslado. Luego viene el tostado, donde resaltamos las mejores virtudes del cacao del Sur del Lago”, explica.
El maestro chocolatero Ángel Villalobos. Foto Juan Carlos Guillén
La producción local es posible gracias a pequeños productores con plantaciones de 4 a 5 hectáreas y la propia cosecha del emprendimiento en dos hectáreas. Según datos de la Facultad de Agronomía de la Universidad del Zulia, la Ruta del Chocolate en la región llegó a contar con 226 productores y hoy el Zulia aporta 170 toneladas de cacao al año.
Un arte en cada tableta
Elaborado con técnicas tradicionales, el Cumboto se presenta en diversas variedades: chocolate con leche (35% cacao), oscuro (70%), natural (100%) y chocolate blanco, además de bombones rellenos con sabores como naranja, parchita, fresa, licor, café, maní, coco y mango.
Un chocolate con una mezcla única de sabores y olores. Foto Juan Carlos Guillén
Villalobos resalta que el proceso de refinación del chocolate, que dura al menos 48 horas, y el desconchado de hasta 24 horas permiten que el producto final conserve su esencia sin necesidad de aditivos. “El cacao del Sur del Lago es como una obra de teatro: primero se monta el sabor del cacao y luego aparecen notas de vainilla, caramelo, nuez tostada y malta”, describe.
Para los zulianos, el Cumboto no es solo un chocolate, sino un símbolo de encuentro y tradición. “No podemos hablar de Cumboto sin mencionar la reunión familiar o entre amigos. Es una concepción de vida que se refleja en el producto final”, expresa Elena Osorio, oriunda de Bobures.
Desde las fértiles tierras del Sur del Lago hasta los paladares marabinos, el Cumboto sigue consolidándose como un referente del chocolate artesanal venezolano.
NAM/UN
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