jueves 25 de abril de 2024

¡ARGENTINA DE LUJO! Todos buscan un lugar en la final del Mundial del Tango

Gomina, sandalias con taco para las mujeres, zapatos de baile para los hombres, vestidos y trajes sin arrugas. Los participantes del Mundial de Tango abrillantan la pista siguiendo el ritmo de un bandoneón que no dejará de sonar hasta que llegue la final el miércoles 22 de agosto, en el Luna Park.

Alrededor de seiscientas parejas de bailarines nacionales y extranjeros participan en esta nueva edición de la competición, que celebra las rondas clasificatorias de las categorías Tango de Pista y Tango Escenario en La Usina del Arte, ubicada en el barrio de la Boca, donde muchos creen que se originó esta disciplina.

En los camarines del centro cultural, perfectamente arreglados, se encuentran Federico Serana y Rita Protopapa, un matrimonio llegado desde Brescia, en el norte de Italia. Decidieron inscribirse en el Mundial hace apenas dos semanas pero los precede una década de experiencias compartidas en las pistas de baile.

Tras haber participado en certámenes como el Campeonato Italiano y el Europeo de Tango, explican con autoridad que el ambiente en esta ocasión es (a pesar de la alta competitividad que se podría esperar)» más relajado» que en el viejo continente.

«Hay una atmósfera, un clima muy agradable, más relajado que en Europa. Todos son muy amigos, les gusta hablar con los otros participantes. En Europa competimos y nada mas», explica Serana mientras observa a los bailarines que la rodean. Habla en español aceptable, al igual que su mujer, lo que les ha permitido que en este viaje a la Argentina hayan podido aprender «un montón» sobre baile y estudiar «con los viejos milongueros».

Más allá se encuentran Elena Parlattore y Marcos Carabajal, de Buenos Aires e identificados con el número 441. Ella es bailarina de profesión y él combina su gusto por el baile con una empresa textil especializada en ropa de danza. Comenzaron a bailar en pareja hace apenas tres meses, con duros entrenamientos de cuatro horas diarias durante -mínimo- cinco días por semana. Esta intensa preparación les hace observar con tranquilidad al resto de competidores, aunque reconocen que el nivel ha ido aumentando con el paso de las ediciones.

«Hay muchas parejas muy buenas. El nivel a medida que pasan los años va subiendo, se ve la diferencia de muchos chicos que los conozco desde que empezaron y está muy claro el laburo que estuvieron haciendo de un año al otro. Está bueno que haya un crecimiento constante en el tango», afirma Carabajal.

Al preguntarles sobre si creen que llegarán a la final, que se celebrará en el Luna Park, no se aventuran a dar una respuesta firme, ya que la competencia puede ser «una ruleta rusa», consideran.

«Vamos a ver. Las expectativas siempre están, fe nos tenemos mucha. Todo puede pasar acá. Depende mucho del jurado que te toque lo que suceda en la pista. Hay veces que te toca un tema que no te hace lucir o parejas que no te dejan avanzar. Es como una ruleta rusa», explica el bailarín con una media sonrisa.

LUMINARIAS

El Mundial se desarrolla en el marco del Festival de Tango de Buenos Aires, que este año contará con alrededor de 2.000 artistas nacionales e internacionales, clases de baile, talleres de dibujo y pintura para niños, y espectáculos de rock y tango, entre otras actividades, que se distribuyen en diferentes escenarios de la ciudad.

Serán en total 130 conciertos de artistas destacados como el pianista y director Gabriel Mores (que tocará en la final de Tango Pista, el próximo martes, en homenaje a su abuelo Mariano, en el año en que se cumple el centenario de su natalicio), Franco Luciani y Amelita Baltar (que animarán la final de Tango Escenario, el miércoles venidero, en el Luna Park). Baltar, la musa de Piazzolla y la voz que estrenó la inmortal «Balada para un loco» en el estadio donde ahora volverá a cantarla, celebra este año nada menos que medio siglo de carrera sobre los escenarios.

NAM – Agencias