jueves 2 de mayo de 2024

Añor-Soteldo, la sociedad del futuro de la Vinotinto

  Con la derrota contra Irán en Holanda , La Vinotinto cerró el año 2017 de una manera agridulce teniendo en cuenta que pese a no lograrse el objetivo y terminar en el último puesto de las Eliminatorias para Rusia 2018,  posición que no se ocupaba desde el proceso para Francia 98, la selección mostró cierta mejora en los últimos encuentros donde se consiguieron empates ante Uruguay, Argentina y Colombia (Las tres clasificadas al Mundial) y derrotar a Paraguay en el estadio Defensores del Chaco de Asunción.

El regreso de ese gen competitivo, que retorna a raíz de la confianza y el convencimiento de la plantilla con las ideas del entrenador, es el factor común que dejaron los últimos partidos de las Eliminatorias pero, pese a ser suficiente para conseguir empates ante combinados de alto nivel, no son suficientes para clasificar a una Copa del Mundo proyectando hacía el futuro. Es necesario pulir más detalles y construir un equipo que pueda competir no solo desde las ganas y el corazón sino también desde el juego.

Después del sub 20

Después del subcampeonato en la Copa del Mundo sub 20 en Corea del Sur, Dudamel comenzó a darle espacio en el equipo titular a Yangel Herrera y Sergio Córdova,  jugadores que se caracterizaban por darle mayor verticalidad a los ataques de la sub 20 en Corea, y se adecuó a ellos para hacer a la Vinotinto un equipo que ataque los espacios y que no busque generarlos,  lo que lo ha llevado a depender del error del rival más que de las virtudes propias.

La escases de volantes que retrocedan para asociarse obliga a la selección a depender de trazos largos en búsqueda de un pivoteo o de traslados largos de pelota para posicionarse cerca del arco rival, lo que termina convirtiéndolo en un conjunto predecible y con pocas variantes ofensivas.

Añor y Soteldo

FOTO: FVF

El regreso de Juanpi Añor a la convocatoria parece ser la solución rápida para corregir esos defectos en generación de juego y le entrega variantes tanto directas como en ataque posicional a la Vinotinto.

El volante del Málaga Club de Fútbol demostró, en el amistoso contra Irán en Nimega, que con libertad puede transformarse en ese primer, segundo o último pase en la construcción de una jugada pero, dentro de cada esquema, es imposible que un jugador pueda coexistir de manera ideal si no está bien rodeado con personas que interpreten los cómo, los cuándo y los donde tienen que intervenir en la jugada. Dentro del espectro venezolano son pocos los jugadores que puedan entrar en ese perímetro,  uno de ellos es Yeferson Soteldo.

El joven volante del Huachipato chileno es el prospecto más esperanzador de los últimos años del balompié criollo. Su velocidad para pensar y ejecutar, como marca diferencias en espacios reducidos o en grandes espacios y su capacidad de tomar buenas decisiones son los aspectos más destacables del ex Zamora FC.

Aunque a corto plazo parece imposible verlos coincidir constantemente en la selección, la sociedad Añor-Soteldo es una de las más prometedoras de la historia de nuestro fútbol y verlos juntos dentro del rectángulo de juego liderando los ataques de la selección nacional y,  por qué no, llevándolos al Mundial.

NV1/Javier Parra Peña