La inflación se ha expandido como un virus en todos los niveles de la economía venezolana, tanto en el ámbito financiero macro como en el ámbito social y familiar de la cotidianidad de la población civil en el mercado de trabajo profesional y no profesional.
Y es que la reciente medida de aumento salarial anunciada de manera muy polémica por el gobierno de Nicolás Maduro demostró una vez más el inmenso estado de devaluación y superficialidad de la moneda nacional, pues su poder de compra es actualmente nulo en montos equiparados al salario mínimo o incluso más. Es decir, el bolívar perdió su función como reserva de valor, medio de cambio socialmente aceptado y unidad de cuenta.
Es por ello que el presidente de Interbono (casa de valores de emprendedores), José Ignacio Guarino, durante una entrevista en Globovisión, detalló que «estamos en una economía hiperinflacionaria, no hay nada que celebrar, tenemos un salario de mendicidad».
Esto significa que la devaluación inducida por el Gobierno sobre el bolívar y la depauperación del salario mínimo incrementaron el umbral de la pobreza socioeconómica y actualmente el 70% de los venezolanos es pobre en ingresos (dinero real no nominal), mientras que entre el 80% y 90% se ubica en la pobreza total.
Especificó que durante los últimos 20 años, en el país hubo 68 incrementos salariales, correspondiendo 33 de ellos a la gestión del mandatario nacional Nicolás Maduro.
Explicó que el aumento salarial, anunciado este lunes 14 de octubre, “representa 7,77 dólares, es decir, 73% entre el salario de antes (40 mil bolívares) y el de hoy”.
Por esta razón, el salario representa un ínfimo e irrisorio monto en comparación con el valor de la canasta básica, que se sitúa actualmente en 400 dólares, lo que equivale a 2 millones de bolívares.
El asesor de inversión explicó que “el petro es un instrumento especulativo, que cuando nació venía con sanciones del Gobierno norteamericano”.
“Ya no hay escasez, ahora no hay demanda, porque tenemos una sociedad empobrecida, en Venezuela hay un inflación en dólares, una distorsión muy perversa”, puntualizó.
Esto se debe a que la inflación bajó el consumo, lo cual generó no solo pobreza financiera sino también pobreza social y mengua humana, que a su vez causaron la situación actual de crisis humanitaria. En cuanto a la llamada «inflación en dólares», el analista se refiere al delay o diferencial enorme que hay entre la velocidad con la que suben los precios (inflación) y la velocidad con la que se devalúa el bolívar frente al dólar en su tasa de cambio no oficial. Estos factores han reducido y prácticamente pulverizado el tamaño de la economía real cotidiana en empresas, comercios y mercados locales de todo el país.
Ricardo Serrano
