Solo han pasado cinco días desde que Máxima de Holanda regresó de Argentina después de asistir al funeral de su hermana pequeña, Inés Zorreguieta, a la que encontraron muerta en su apartamento de Buenos Aires el pasado 6 de junio.
La trágica muerte –la investigación concluyó que se trató de un suicidio y fue su madre la que encontró su cuerpo sin vida- llevó a los Reyes y a sus tres hijas a poner rumbo a Buenos Aires. La Reina canceló su agenda y el viaje oficial que tenía programado junto a su marido, sin embargo, este martes ha regresado a sus obligaciones oficiales y lo ha hecho con lágrimas en los ojos y recordando a su hermana.
«Estoy contenta de recuperar mi agenda en este centro, que tanto significa para las personas que padecen cáncer. Personas que están enfermas, pero que no pierden la esperanza de curarse», comenzó la Reina.
«Mi pequeña, dulce y talentosa hermana Inés también estaba enferma. Era incapaz de encontrar la alegría y desafortunadamente no pudo curarse. Nuestro único consuelo es pensar que por fin encontró la paz», ha dicho Máxima de Holanda en una primera aparición pública en la que ha sentido el cariño de la sociedad y los medios holandeses que se han volcado con ella en todo momento.
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