viernes 26 de abril de 2024

¡AFECTA EL RENDIMIENTO! ¿Por qué la mayoría de los estudiantes tienen el reloj interno desincronizado?

El reloj interno de más de la mitad de los estudiantes universitarios está desincronizado respecto a los horarios de sus clases, lo cual empeora su rendimiento académico, según una investigación de la Universidad del Noreste de Illinois en Chicago y la Universidad de California en Berkeley (Estados Unidos). Los que salen peor parados son aquellos a los que les cuesta más madrugar, porque su reloj biológico les induce a acostarse y levantarse más tarde.

Según publican en el último número de Scientific Reports , los investigadores han medido los hábitos de sueño de los estudiantes de la Universidad del Noreste de Illinois analizando a qué horas se conectaban al sistema web de la universidad. Los datos, convertidos en anónimos, han revelado que solo el 40% de los estudiantes tienen su reloj interno sincronizado, es decir, se levantan de forma natural a la misma hora cada día, tengan o no clase.

En cambio, el 50% tienen el reloj interno atrasado: cuando no tienen clase, tienden a estar despiertos hasta bien entrada la noche y se levantan más tarde. El 10% restante suelen madrugar más los días de fiesta, por lo que deben retrasar su horario para asistir a las clases.

Al cruzar los datos de los estudiantes con sus expedientes académicos, también anónimos, los investigadores han hallado que los que tienen el reloj interno desincronizado suelen obtener peores notas. La correlación es aun más pronunciada en el caso de los estudiantes que para ir a clase tienen que levantarse más temprano de lo que les dictaría su reloj interno. Estos alumnos tienen un peor rendimiento que el resto incluso en las asignaturas con clases por la tarde, cuando teóricamente están más activos, lo que implica que la desincronización les perjudica todo el día.

Por ciclos

El cuerpo humano se rige por ciclos 24 horas, los ritmos circadianos, marcados por el funcionamiento de genes que se activan y desactivan en distintos momentos del día y que marcan a las células y a los tejidos cómo deben comportarse a cada hora. “Damos lo mejor de nosotros cuando nuestros relojes internos están sincronizados entre sí y con el ambiente”, explica por correo Aaron Schirmer, investigador de la Universidad del Noreste de Illinois y coautor del estudio.

Cuando el reloj interno de los estudiantes no se corresponde con el horario de sus clases, sus cuerpos no funcionan tan bien, lo que puede producir síntomas similares a los del jetlag, según Aaron Schirmer. Sin embargo, mientras que el jetlag causado por los viajes se produce solo ocasionalmente, el 60% de los estudiantes viven en un jetlag social constante en el que sus cuerpos no logran adaptarse a los horarios. Y eso perjudica su rendimiento académico.

Además, la capacidad de los relojes biológicos de adaptarse al entorno es limitada. “La sincronización de los relojes internos con el ambiente parece estar determinada predominantemente por la genética”, afirma Schirmer, y eso hace que sea difícil ajustarlos. Podemos esforzarnos por cambiar la hora a la que nos levantamos, comemos o nos vamos a dormir, pero el reloj interno seguirá marcando la misma hora.

Schirmer recomienda a los estudiantes que presten atención a sus costumbres para detectar si sus relojes internos están desincronizados. “Si un estudiante tiene el hábito de madrugar un día y dormir hasta tarde el siguiente, o si sus horarios en los días de clase y de fiesta son drásticamente distintos, probablemente está experimentando jetlag social”, explica el investigador. Ajustar el horario de sus clases a su ritmo circadiano les puede ayudar a mejorar su rendimiento.

En caso de no poder cambiar el horario de las clases, Aaron Schirmer sostiene que levantarse todos los días a la misma hora, aunque no sea necesario para ir a la universidad, puede ayudar a reducir los síntomas de jetlag y rendir mejor los días de clase.

NAM/La Vanguardia