Muchos son los mensajes en redes sociales y medios de comunicación que ligan a los migrantes venezolanos con hechos delictivos, los cuales terminan muchas veces siendo noticias falsa debido a la poca veracidad de las informaciones.
Por cuentas de “influencers” y de medios se muestran imágenes sobre motorizados en Nueva York que hacen piruetas o transitan por las aceras y son atrapados por la policía. O la de un joven que dice que vivirá de lo que pide en las calles, “porque ahí está la vuelta”. Además de una persona que en pocos meses ha estado varias veces en la cárcel (más por hurto que por otros delitos).
A todos estos personajes los acusan de ser “venezolanos”, pero sin mostrar algún documento que los identifique como tal más allá de lo que dicen los interlocutores —quienes muchas veces no muestran su rostro—, y que coinciden casualmente en que los saquen del país.
Pero, si uno mete más la lupa en este contenido, se hacen visibles varios patrones, entre los que destacan personas de piel morena y otras características que los hacen coincidir, sobre todo en su vestimenta, con personas de sectores populares.
Además, los califican como “los hijos de la Revolución”, con lo que se quiere hacer ver que dicha conducta es el producto de los más de 20 años de Gobierno que tiene la denominada Quinta República.
¿Por qué ocurre esta acción que pretenden dañar la imagen del venezolano en el exterior?
Primer blanco, el Gobierno Venezuela, desde el año 2014, se ha enfrentado a grandes retos en su economía, debido a las acciones que desde el exterior se han emprendido para afectarla de manera ilegal.
Esto tuvo su punto máximo en 2015 cuando se firma el denominado Decreto Obama que cataloga a Venezuela como “una amenaza inusual y extraordinaria” que permitió a esta potencia y otros países de Occidente aplicar sanciones que afectaron el sistema financiero y comercial del país.
En consecuencia, fue afectado la calidad de vida de una población que venía de un periodo de esperanza y desarrollo.
Los venezolanos se enfrentaron a la escasez de alimentos y medicinas, además de una alta hiperinflación inducida y ataques a la moneda —a través de indicadores paralelos— que golpeó su poder adquisitivo.
Esto ha sido denunciado por el gobierno del presidente Nicolás Maduro, forma parte de la guerra económica, que dentro de sus elementos tiene operaciones psicológicas que utilizan a los medios y las aplicaciones de redes sociales para posicionar los mensajes.
“Busca generar situaciones de inestabilidad interna, atacando la psiquis colectiva, la psiquis individual también, generando zozobra, generando incertidumbre”, explica a Últimas Noticias el sicólogo social Fernando Giuliani.
Esos mensajes indujeron a que una parte de la población pasara las fronteras para “buscar una mejor vida” o simplemente para “irse demasiado”.
Los venezolanos se asentaron en algunos países de América Latina, especialmente en sus vecinos del Sur, mientras otros fueron a Europa o Estados Unidos.
La movilización vino acompañada de una gran campaña mediática en la que se comenzaba a asociar a Venezuela como un país en caos. Además, pretende destacar sólo los atributos negativos del país.
Para Giuliani esto tenía dos estrategias. La primera era mostrar a un “Estado forajido”, en el que se demuestra cómo se violan los derechos humanos de su población.
En segundo lugar, también se quiere hacer ver que existe un “Estado fallido”, donde el Gobierno no logra administrar eficientemente los recursos y satisfacer las necesidades básicas de la población.
“Todo eso apunta a una intervención humanitaria”, agrega el experto, quien asegura que dicha campaña pretendía “vender la migración venezolana como una suerte de huida o de escape”.
Se gesta el ataque
Sin embargo, pese a que en un primer momento las campañas dañaban la imagen del Gobierno, recientemente las víctimas serían los propios migrantes venezolanos.
La génesis de esto, recuerda el psicólogo social, fueron las declaraciones del dirigente de Primero Justicia Julio Borges cuando insiste en que Venezuela es un foco de inestabilidad para la región porque está saliendo una especie de “plaga”.
Desde allí comenzó una persecución a los connacionales, a los cuales se les acusaba de elevar la criminalidad o cometer hechos ilícitos.
Esto trajo como consecuencia que los venezolanos comenzaran a experimentar actos de discriminación y xenofobia, en los que han tenido que enfrentar persecuciones, exclusión de sus derechos sociales e incluso la pérdida de la vida.
Estas acciones fueron promovidas, además, por gobernantes de derecha en la región, quienes con cada declaración alentaban acciones discriminatorias que afectan la imagen de cada uno de los venezolanos.
“Les hemos abierto las puertas (aludiendo a los inmigrantes venezolanos), pero no sacrificaremos la seguridad de nadie”, dijo despectivamente en 2019 el ex presidente de Ecuador, Lenín Moreno.
Los malos de la película
Para la sicóloga Yadira Hidalgo este tipo de acciones, en las que se descalifica a una población, es una vieja práctica.
Recordó que antes se podía ver en comiquitas a los japoneses dibujados con unos “dientes pelados horribles” y con características de ser “malos”.
En este sentido, explicó que la maquinaria de la propaganda crea “estereotipos”, y en este momento los estereotipos son los venezolanos que se están “muriendo de hambre y le quitan las cosas a los demás”.
“En cuanto a los venezolanos hay toda una maquinaria en contra de la Revolución, en contra de Chávez, y por supuesto, somos los malos de la película”, agregó.
Los expertos coinciden en que dicha campaña también se va a acrecentar con las elecciones presidenciales que están pautadas para 2024.
“Antes decíamos se está calentando la calle. Aquí están calentando las redes, calentando los medios”, dijo Giuliani.
¿Qué podemos hacer?
El psicólogo Fernando Giuliani propuso que para enfrentar estas campañas es necesario activar una mayor comunicación por parte del Gobierno, a través de las embajadas, con los venezolanos que se encuentran en el extranjero.
“Quien emigra enfrenta altas situaciones de estrés, de incertidumbre. Imagínate tú, ellos que son víctimas de todo esto también tienen un contexto difícil porque ¿cómo podríamos neutralizar esto? Manteniendo líneas de comunicación, es decir, que baje la incertidumbre”, aseveró el experto.
Explicó que hay mucha gente dispersa, muy metida en su cotidianidad, pero pegada a las redes sociales.
“Entonces es presa muy fácil de estas operaciones psicológicas”, acotó.
NAM/Últimas Noticias
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