sábado 20 de abril de 2024

¡ABUELOS CURIOSOS! Para qué le sirven las redes a los adultos mayores

En 2004 el mundo de varios dio un giro inesperado cuando a Mark Zuckerberg se le ocurrió fundar Facebook. Pero, ¿sigue siendo tan “inmensa”? Por aquel entonces, quien no estaba “en face”, no tenía “visibilidad”. No era invitado a fiestas ni eventos importantes, mucho menos sabían de su existencia.

Así es que desde que esta red social existe, nadie quiso quedar afuera. Todos fuimos tentados por este ‘mundirijillo’ de fotos, videos, estados, gifs y emoticones que, con el paso del tiempo, se fue perfeccionando. “Lo que al principio se pensaba como un espacio dirigido a jóvenes, poco a poco comenzó a poblarse digitalmente por personas mayores”, dice la psicóloga Natalia Lafuerte. Durante un tiempo, no muy largo, la generación del milenio, dominó este espacio virtual más que nada “por ser un segmento poblacional que se crió en medio del entorno tecnológico. Para ellos, todo lo referido al mundo virtual es parte esencial de sus vidas”.

Pero la “vida virtual” de los jóvenes en las redes hoy en día transcurre por otros lados y los que hoy pueblan Facebook son los adultos y adultos mayores. 

Sí: quellos que durante tiempo renegaron por la cantidad de horas que los chicos pasaban frente a la pantalla, ahora se embarcaron en la misma realidad y “hasta suelen estar conectados más tiempo que los más jóvenes”, afirma la profesional. 

Pero estos adultos y ancianos, ¿comparten el mismo espacio que sus hijos o nietos? “Muchas madres y muchos padres ingresaron a las redes sociales a la fuerza, ya que necesitaban ver qué publicaciones hacían sus hijos, con quién se conectaban, qué les gustaba y demás. Era una forma de controlar lo que sus hijos hacían en la vida virtual”, dice la psicóloga. 

Si bien esto fue de ayuda en algunos sistemas de crianza, lo cierto es que, poco a poco, estos papás y mamás se fueron familiarizando con la plataforma y, de revisar qué hacía o dejaba de hacer su hijo, pasaron a formar su propia red de amistades “ocupando el espacio que -en un primer momento- le había pertenecido a la generación de jóvenes”.

Esta “invasión”, fue generando ciertos resquemores en los llamados millennials, ya que “como siempre ocurre en edades tempranas, los jóvenes buscan distanciarse de los mayores. Antes se rebelaban encerrándose en sus cuartos; ahora, evitando tener contacto con adultos en las redes sociales, especialmente si son sus padres, tíos y ni hablar de abuelos”, añade la psicóloga Fabiana Granados. 

¡Es fácil! ¿A quién le hubiese gustado cruzarse con papá o mamá, o con los abuelos, en pleno boliche un fin de semana? Seguro que a nadie.

Es muy común buscar ese espacio “donde poder vincularnos con nuestros pares, con aquellos con los que compartimos todo un cúmulo de intereses” y, obviamente, vamos a resistir que otros invadan esos ámbitos.

Pero, ¿qué pasa cuando los demás logran ingresar? Esto ha llevado a que “los más jóvenes modifiquen sus conductas y dejen vacíos esos espacios invadidos por los adultos”.

Por ejemplo, esto se da claramente en el caso de las redes sociales. “Facebook fue furor entre los jóvenes en sus primeros años pero, de un tiempo a esta parte, los millennials cedieron el espacio a los más grandes para ellos sembrar su vida en otras plataformas”, añade Granados.

Y esto resulta muy evidente ya que para la generación del milenio, quien usa “Facebook, son ‘abuelitos’. Solo conservamos nuestros perfiles para poder estar en contacto con nuestros padres pero es un espacio que ya no nos pertenece”, afirman Martín (16) y Joana (17).

¿Y hacia dónde emigran los millennials? Emigran hacia aquellas redes donde todo es más rápido, atractivo y fugaz, por ejemplo, Instagram.

La tecnología evoluciona tan rápido que, cuando una persona mayor aprende -al fin- a usar una plataforma y cree manejarla a la perfección, el mundo digital le da un batacazo dando vida a nuevas plataformas que los jóvenes solo demoran minutos en aprender. Y usar, obviamente.

Si bien Facebook fue el gran precursor del mundo de relaciones virtuales, hoy en día, “no es el elegido por los más jóvenes”, afirma Martín.

Cabe destacar que la instantaneidad de Instagram también nos habla de cómo es la generación del milenio: “mucho más veloces, más creativos y ansiosos. No demoran en entender el uso de las tecnologías, así como tampoco demoran en aburrirse de ellas”, dice Lafuerte. 

Según un estudio realizado por la Universidad de Oxford, cerca de 63% de los jóvenes de hoy tiene una cuenta en esta red social y sube contenido a diario. Mucho de ese contenido se pierde tras 24 horas de haber sido compartido por lo fugaz de su duración.

“Es curioso pero este es un dato interesante para pensar en las generaciones que se vienen, ya que son mucho más sencillas y concretas. No dan tantas vueltas, como los adultos, sino que resuelven las situaciones con más practicidad”, añade la psicóloga.

¿Quiénes son “los abuelitos” del chat?

Para los millennials y generación Z, los llamados “abuelitos de las redes”, son sus padres y abuelos. O sea, aquellas generaciones que durante años renegaron por el uso que ellos hacían de las redes y ahora, fueron conquistados por estas plataformas. Y si bien no acceden con la misma frecuencia a la conexión virtual donde sus antecesores están incursionando; afirman que no se desligan del todo ya que “es el medio por el que muchas veces nos comunicamos con ellos (además de WhatsApp)”, dice Joana.

Comparten fotos, videos, momentos e, incluso, algunos comentarios. Aunque no es en todos los casos ya que “hay muchos que tienen bloqueados a sus familiares o directamente no aceptan sus solicitudes de amistad. Lo hacen para permanecer separados o para demostrar su intimidad y que ese es su espacio”,añade Martín.

Según una encuesta realizada por la Pennsylvania State University, los adultos mayores (ya hablamos de la generación de abuelos, no tanto de padres), se animan a meter mano en las redes sociales para contactarse con amigos de la infancia e incluso con familiares que no ven hace muchos años. “Esto pone en evidencia lo importante que es (en las personas mayores) el reforzar los vínculos. Es como una sensación de no estar solos ni lejos de los demás”, reflexiona Granados. 

Igualmente, los jóvenes afirman que “muchas veces no nos vamos de Facebook porque sabemos que el ver nuestras fotos o saber lo que estamos haciendo les hace sentirse cerca nuestro e incluso los emociona o pone felices”, agrega Joana. 
Este podría ser el motivo que lleva a los adultos mayores a incursionar en el mundo virtual: el sentirse cerca, aún en la virtualidad. Además, “resulta ser una buena estrategia de vigilancia (en el buen sentido de la palabra)”.  Y, no solo eso, sino que colabora en mantener a los abuelos en actividad ya que “su cerebro se retroalimenta al tener que aprender algo nuevo y ponerlo en práctica con frecuencia, los invita a socializar y eso les devuelve una pizca de juventud”, añade Granados. 

Según las profesionales, otro elemento que puede ser el reactivo de que los adultos mayores quieran estar en Facebook es  la “curiosidad”. O sea, el conocer qué es lo que ocurre en el mundo que tanto atrajo a los más jóvenes.

¿Quién no tiene un abuelo o la abuela de un amigo que está en la red?, ¿quién no recibe saludos de su abuela o es etiquetado en alguna foto o publicación? Seguro son pocos porque, según el estudio de la Universidad estadounidense, cada vez son más los abuelos que se suman a las redes.

Así como también cada vez son más los jóvenes que dejan ese espacio a los mayores para migrar a plataformas más instantáneas.

Lo cierto es que las redes sociales ya no son exclusivas de una generación o sector poblacional. 

Solo basta una pizca de curiosidad y voluntad para inmiscuirse en el entorno digital y vivir la experiencia que durante mucho tiempo se pensó que era exclusiva de los jóvenes.

Si bien, los millennials quieren marcar distancia en el mundo virtual, los de mayor edad van recogiendo lo que aquellos dejan en el camino y sin querer -o queriendo- van ocupando espacios en las llamadas redes sociales.

 

Agencias