¡A PROPÓSITO DEL TIROTEO EN NASHVILLE! Venezolano que le matan un hijo en otro tiroteo escolar en 2018 cuenta sobre su cruzada contra el armamentismo en EE.UU.

28 marzo, 2023 / Redacción / Internacionales / Relevante /

La periodista Shirley Varnagy, conversó con Manuel Oliver, padre del joven venezolano asesinado en el tiroteo de Parkland en 2018, quien luego del fallecimiento de su hijo se ha dedicado a promover el cambio en la legislación con respecto al control de armas y a la creación de conciencia en un país donde buena parte de sus ciudadanos apoyan el porte civil de armas y donde ya se pierde de vista la cifra de víctimas en tiroteos escolares o en lugares públicos o privados concurridos en todo el territorio norteamericano.

La entrevista resulta más que pertinente, cuando el día 27 de marzo de 2023, otro tiroteo más ocurrió en una escuela, esta vez en la localidad de Nashville, donde murieron seis personas; tres niños y tres adultos y donde trascendió que un transgénero habría sido el autor de esta nueva tragedia.

Oliver, al otro lado de la interacción, luce sereno, pero, lleva el dolor y la procesión por dentro y ante la pregunta de Varnagy sobre los avances en lo que ha sido su cruzada para considerar el control del porte de armas en Estados Unidos, el padre venezolano comentó:

«Avances, hay muy pocos y he creído que es que no estoy haciendo lo suficiente, pero, creo que el problema radica en que la política norteamericana han sido aliados de una industria armamentista sumamente poderosa y cuando estas industrias y corporaciones ejercen influencia sobre los políticos a través de sus campañas o aportes e incluso sus mensajes por redes sociales que muchas veces son terribles, es muy difícil que ellos (los políticos) cedan y prioricen en la vida de los ciudadanos».

Oliver considera que es una tóxica necesidad creada en los Estados Unidos; «lo que sucedió ayer (el tiroteo en Nashville) es un día a día, no es una excepción y hace apenas cuatro días yo estaba en Washington reclamando precisamente sobre el tema del control de armas y desde mi arresto, fíjate como cambian los mensajes y las entrevistas, eso solo ocurre en este país (Estados Unidos) que una entrevista puede cambiar en un chuquear de dedos y se produce otro tiroteo».

«Me detienen por desmentir falsedades»

Oliver alcaró que, en el momento en el cual se encontraba en Washington, no estaba precisamente en esa audiencia sobre armamento que se desarrollaba en el Capitolio, pero, recibió una invitación de unos congresistas conocidos y accedió a participar.

«Se estaban diciendo una cantidad de mentiras. Yo me vine huyendo de la inseguridad en Venezuela y resulta que llego aquí a Estados Unidos y padezco los rigores de la misma inseguridad y me parece irónico, entonces, cuando comenzaron a mentir, yo no pude aceptarlo; dijeron por ejemplo que en México había control de armas, pero no dijeron que las armas que utilizan los carteles de la droga son traficadas desde los Estados Unidos hacia México (…) La que reacciona ante esas falcedades fue mi esposa, yo ni siquiera reaccioné; nos sacan del recinto y a mí me arrestan sin ninguna necesidad».

¿Por qué esa conexión tan fuerte del estadounidense con las armas?

A esta interrogante expresada por la comunicadora, Oliver expresó que «culturalmente, el norteamericano es esa persona que pantallea con un arma y con ese control que le permite tener un arma. Se ha considerado durante mucho tiempo como un acto de patriotismo; es una asunción de que ser norteamericano significa ser más fuerte que los demás, lo cual es una gran mentira que la industria de las armas han venido vendiendo a través de ese psicoterror que le meten a la gente de que ‘tenemos derecho a protegernos’ y lo interpretan constitucionalmente a través de la segunda enmienda y la gente sale a defenderse de quien no lo está atacando».

Oliver agrega que es una toxicidad cultural que es lo que él, junto con otros activistas están tratando de cambiar en la mentalidad de la sociedad.

¿Qué es lo que están proponiendo?

El arresto injustificado de Manuel Oliver, venezolano, padre de un chico de 9 años tiroteado en 2018 en una escuela estadounidense, pasó a segundo plano al conocerse el nuevo tiroteo del cual todavía se habla en los Estados Unidos.

Shirley aprovechó para preguntarle en específico, qué es lo que ellos están proponiendo como movimiento antiarmamentista:

«La primera propuesta fue la prohibición de la venta de armas de asalto a civiles, eso estuvo prohibido hace unos años y bajaron los índices de tiroteos y la industria armamentista no perdió dinero, porque ellos manejan una clientela vasta; pero, como mi nivel de tolerancia ante la indifierencia del Estado sobre el tema llegó al límite, entonces yo estoy proponiendo un gran paro educativo a través de un gran movimiento estudiantil que reclame cambios, porque, se está tratando como un juego (…) Mi hijo fue baleado cuatro veces con una R-15, en su colegio, es decir, un arma de guerra, eso es inconcebible».

Oliver critica lo «suaves» que son los americanos a la hora de protestar: «Yo soy venezolano y se como se reclama, a mí me indigna, porque, no se puede ser tan permisivo, tan dosil, porque son vidas inocentes las que se están perdiendo y el reclamo debe acentuarse en eso».

Así mataron a su hijo Joaquín

«Fue un día normal, él estudiaba en una de las mejores escuelas, porque, ese fue nuestro objetivo al venirnos, y él acudió a su escuela como todos los días, Él vivió muy feliz aquí, desde los dos años que no los tragimos hasta los 17 años cuando lo asesinaron. Un exestudiante tuvo acceso legal, fue a una tienda de armas, compró el arma, tenía 19 años ese muchacho y compró armas de asalto».

«Simplemente -prosiguió Oliver- Él compra las armas de asalto y mil 500 balas cosa que a nadie parece haberle impresionado e ingresó al colegio y baleó allí a todos los que murieron entre adultos y niños, entre ellos Joaquín. Es muy difícil para la policía predecir que estas cosas van a ocurrir y cuándo y detenerlo, esto ocurre por la cantidad de armas que hay en las calles en manos de civiles».

Contradictorio

El afectado padre afirma que «este es el país de las regulaciones, aquí para ser técnico en aire acondicionado debes hacer no se cuántos cursos y registrarte todos los años; para tener una motocicleta debes registrarla todos los años y hacer un curso; para comprar un arma no. Este es el único país del mundo entero donde cualquiera tiene acceso libre a comprar un arma en una tienda; para comprar un arma de asalto no necesitas nada, solo tener el dinero y pagarla».

No hay luz al final del túnel

Finalmente, Oliver sostiene que no hay voluntad política ni mayoría que avale alguna iniciativa: «Cuando los problemas son de orden social, como es el caso, no cambian por voluntad política. En Nueva Zelanda hubo un tiroteo y a las 24 horas, la Primera Ministra invitó a la sociedad a entregar las armas y la gente fue y las entregó, eso no pasaría aquí en los Estados Unidos, porque no hay voluntad social. El presidente Biden quiere cambiarlo, él quiere eliminar las armas de asalto en manos de civieles, pero, no tiene apoyo ni del congreso ni de la sociedad».

Manuel Oliver se aferra a la idea de manifestar con contundencia y sumar adeptos que sean sensibles al grave problema: «Ser duros, fuertes, citar huelgas, citar al rechazo rotundo a que la gente siga teniendo la libertad de adquirir armas de asalto y si no lo hacemos así somos parte del problema».