A sus 13 años, Gustav Magnar Witzoe ya era el multimillonario más joven del mundo, luego de que su padre le heredara el 53% de las acciones de la granja pesquera Salmar ASA, una de las mayores productoras de salmón del planeta. Gracias a esto, su fortuna está valuada en 3 mil millones de dólares desde que apenas era un niño. Sin embargo su vida fue por otro lado.
Cuando se difundió la noticia, el jovencito recibió el apodo de Príncipe del Salmón, aunque la fortuna heredada en realidad le había llegado como una jugada de su padre para evitar un millonario pago de impuestos. El dinero realmente no le pertenecía y él tampoco estaba interesado en esa vida.
A Gustav no le faltaba nada y el joven, de Noruega, nunca quiso hacerse cargo de los negocios familiares. Según la revista Forbes, el joven prefirió seguir su propio rumbo, hacer carrera en el modelaje y potenciar su status de influencer. Hoy, con 30 años, no toca ni la puerta de la empresa familiar.
Su camino fue por el mundillo de las pasarelas, es por ello que firmó contrato con Teams Models, una de las agencias más importantes de su país y publica en Instagram, donde tiene más de 130 mil seguidores, fotos de sus viajes por el mundo.
De Príncipe del salmón a modelo que recorre el mundo
Allí muestra su «lifestyle» de lujo que consiste en viajes a Indonesia, Londres, Berlín o París, entre sus lugares favoritos, paseos en yate, avión privado o en su Porsche. Además, a todos lados es acompañado por su perro de Staffordshire, raza oriunda del Reino Unido que nace del cruce entre el Bulldog inglés y un Terrier.
Gustav se crio en Froya, una isla del sur de su país que cuenta con algo menos de 5.000 habitantes. Es un gran esquiador, pero también es un apasionado de la playa, sobre todo las de Dubai, donde suele ir un par de veces al año para disfrutar del mar. Además, es un experto golfista, pasión que comparte con su padre, y también practica piragüismo en sus ratos libres junto a sus amigos de toda la vida.
Según la prensa británica, Gustav está soltero tras poner fin a su relación con Vera Ekken el 2017, una jugadora de handball de su país, que incluso participó en campeonatos europeos.
Pese a que disfruta de su fortuna y potencia su carrera como modelo, el joven sabe que debe invertir para su seguir manteniendo el mismo estilo de vida en un futuro. En consecuencia, creó dos pequeñas empresas locales en las que también se dedica gran parte de su tiempo: el noruego Snapchat Challenger Gobiand y el servicio de host de Airbnb Keybutler.
«No se le puede exigir a nadie ser el jefe de una organización tan grande, esto puede afectarte de muchas maneras buenas y malas y hasta perjudicar las relaciones con los amigos. Hay que estar hecho para eso. Si hay alternativas, al trabajo lo tiene que conseguir el mejor hombre o mujer. Hay demasiado en juego: valores, empleos, factores cruciales», dijo en una entrevista con el diario Dagblade, en relación a que aún no quiere trabajar en la empresa de su padre.
Confesó también que sus papás ahora creen que “deberían haberse tomado más tiempo para pensarlo” antes de cederle parte de su riqueza: “Fue muy raro al principio salir a la luz pública. Te pone un poco nervioso lo que piense la gente».
NAM/ El Clarín
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