El papa Francisco recordó hoy en una misa en Kaunas, en la católica Lituania, ante unas 100.000 personas, los horrores que sufrieron las pasadas generaciones durante la ocupación y como “les tambaleó la fe”.
En el segundo día del viaje que le llevará a Lituana, Letonia y Estonia, Francisco se trasladó a la ciudad de Kaunas para encontrarse con la comunidad católica, el 80 por ciento de la población.
Foto EFE
“Las generaciones pasadas habrán dejado grabado a fuego el tiempo de la ocupación, la angustia de los que eran deportados, la incertidumbre de los que no volvían, la vergüenza de la delación, de la traición”, recordó Francisco a los fieles.
Sufrimientos, que dijo el papa, a muchos les hizo “tambalear” la fe “porque no apareció Dios para defenderos; porque el hecho de permanecer fieles no bastó para que él interviniera en vuestra historia”.
“Kaunas sabe de esto; Lituania entera lo puede testimoniar con un escalofrío ante la sola mención de Siberia, o los guetos de Vilna y de Kaunas, entre otros”, señaló Francisco al hacer también referencia a los años de la invasión nazi y del exterminio de los judíos.
En el parque Santakos también se pudo ver una bandera de Israel llevada por un grupo de judíos, a quienes Francisco recordará por la tarde al detenerse frente al monumento frente al Gueto de Vilna y que recuerda el Holocausto lituano.
En su homilía también Francisco animó a los fieles a evitar “un actitud estéril y vanidosa, que renuncia a implicarse en la construcción del presente al perder el contacto con la realidad” o convertirse en esos “expertos espirituales”, que solo juzgan y dicen “lo que habría que hacer”.
Y que no se pueden hace los “distraído” ante “las minorías étnicas de nuestra ciudad, o aquellos desocupados que deben emigrar” o “los ancianos solos, o los jóvenes que no encuentran sentido a la vida porque perdieron sus raíces”.
NAM – EFE