La sublevación militar que se puso en evidencia las marcadas fisuras y fracturas que hay en el estamento militar del país sigue dando de qué hablar luego del fallido intento de derrocamiento del gobierno de Nicolás Maduro por parte de un grupo de altos oficiales de la Fuerza Armada bajo la coordinación de Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional, y su equipo político.
“Salimos de Venezuela pero nuestra lucha para restaurar la democracia de Venezuela continuará”, dijo el coronel Ilich Sánchez en una entrevista telefónica a la agencia Associated Press desde un lugar no revelado.
La historia nunca antes contada de cómo Sánchez y Soto lograron engañar a sus superiores y planear una revuelta contra Maduro subraya que el descontento, y el miedo, se está extendiendo dentro de los cuarteles de Venezuela, incluso cuando el líder en batalla se aferra al poder en medio de las sanciones estadounidenses impuestas después de las elecciones presidenciales ampliamente vistas como fraudulentas.
Es decir, el actual estatus quo de presión financiera y diplomática es el resultado de una estrategia que se ha prolongado en el tiempo como un factor con el cual se busca implosionar la cúpula militar que sostiene a Maduro en el poder o a sus círculos cercanos en rangos inferiores, como los que se rebelaron el pasado 30 de abril en Caracas y que, entre sus varios efectos, ocasionó la excarcelación y posterior asilo político del líder opositor Leopoldo López, aliado y mentor de Guaidó.
Los dos oficiales sobresalientes parecían ideales para la misión de alto riesgo, habiendo subido de rango a una posición confiable con control directo de las tropas y contacto regular con los principales ayudantes de Maduro, según relató la agencia AP.
Ante la persecución que desató el gobierno de Maduro y sus fuerzas militares contra esos efectivos castrenses que se sublevaron para derrocar por la vía de las armas al chavismo, se refugiaron en la Embajada de Panamá en Caracas, pero este lunes, la Cancillería de Panamá confirmó que los 16 militares refugiados abandonaron su sede diplomática en la capital venezolana y posteriormente salieron del país.
Este nuevo hito en la crisis política del país y el choque de poderes entre Maduro y Guaidó podría devenir en un posible último intento del líder opositor de organizar una estrategia de transición basada en la presión militar o la coacción como sucedió ese agitado martes 30 de abril de este año.
Exclusiva @AP : después de 7 meses escondidos en una embajada, 16 soldados venezolanos opuestos al gobierno del presidente Nicolás Maduro salen de su país.
— AP Noticias (@AP_Noticias) December 9, 2019
Ricardo Serrano / Agencias
